Marta Sanz
Tal vez los diarios, guardados bajo llave, fueron escritos para ser leídos. Tal vez el pretexto del auto-conocimiento siempre haya sido publicidad encubierta y haya llegado la hora de descubrir que la modestia es necesariamente falsa en un mundo en el que hay que hacerse valer a cada paso. También el pudor es lábil, porque... ¿qué produce más pudor: hablar del primer orgasmo, de nuestro sueldo o de a quién damos el voto? El pudor esconde las cosas más preciadas, que cuando salen a la luz se convierten en ostentación, y también las más sucias, transformadas en "Yo me acuso, padre"... Los comentarios de algunos blogs son impúdicos. Pero, a veces, lo más impúdico es el silencio y quizá diarios y blogs, pese a su egotismo, sean una muestra de honestidad en los tiempos que corren.