Michael Connelly, J. Ignacio Wert, Gracia Querejeta y Alex Ross



Al final, el asesino no siempre es el mayordomo. Me cuentan que el "culpable" de la filtración de que Michael Connelly iba a ser el ganador del último premio RBA de novela negra, fallado hace unos días y que se filtró en mayo nada menos, fue el marido de la editora anterior del escritor, Pep Sanclemente, porque Conelly les avisó de que había fichado por otro sello y en el contrato figuraba, como aliciente, el monto del premio, 125.000 euros.



Lo que ocurre o pueda ocurrir en la Casa de las Siete Chimeneas debe gozar de naturaleza divina. Me dicen que el ministro Wert podría estar estudiando rectificar la brutal subida del IVA quién sabe si consciente del esfuerzo que tendrá que hacer el sector para sobrevivir. A todo esto Lassalle ya no sabe dónde meterse su Ley de Mecenazgo, aplazada sine die por "interferencias indescriptibles". Pues eso, naturaleza divina.



El New York Times ha relegado al crítico musical Allan Kozinn a las galeras de su sección de cultura, lo que ha desencadenado todo tipo de protestas. Por un lado, de los lectores, pero también de críticos tan aparentemente irreconciliables como Norman Lebrecht de la BBC y Alex Ross del New Yorker. La crítica, sobre todo la musical, no pasa por sus mejores momentos. "Ser crítico -ha escrito Kozinn- es como vivir en Qué bello es vivir de Capra sin tener que vérselas con el ángel que quiere ganarse las alas".



A tenor del "tarifazo", pareciera que la industria del cine español está paralizada, y es verdad que el número de rodajes se ha reducido drásticamente, si bien hay unos cuantos en marcha y producciones pendientes de estreno. Daniel Calparsoro regresará en breve con Invasor, la primera película española en torno a la labor humanitaria de los soldados españoles en Irak, que en la ficción hollywoodesca se convierte en una inverosímil labor homicida y conspiratoria. Gracia Querejeta quiere sorprender con el relato de un adolescente díscolo en 15 años y un día, Joaquín Oristrell se zambulle en el mundo de los sueños con Volare, y Santiago Zannou (el de El truco del manco) cuenta con la complicidad de Javier Bardem para adaptar Alacrán enamorado, novela del hermano del actor, Carlos Bardem.