Arcadi Espada



Busco sobre la gripe en el maravilloso archivo de La Vanguardia, un diario que siempre es mejor leer con unas cuantas décadas de retraso. Encuentro estas recomendaciones para combatirla: "Tomar después de cada comida una pequeña cantidad de aguardiente y en caso de sentir sed durante el día, beber algunos grogs. Fumar en la calle más que en casa, a fin de contrarrestar el aire frío con el calor del cigarro". Son recomendaciones del año 1889. No eran recomendaciones para la gripe, sino para la grippe. Es decir, para lo que entonces se sabía sobre esta enfermedad y sobre el poder curativo de los grogs y el cigarro. En 1889, La Vanguardia y la mayoría de los periódicos escribían grippe. Y duró, ciertamente. En 1945 Pla escribía grippe en su Calendario sin fechas de Destino. Y en el diario barcelonés la palabra aparece por última vez ¡en 1951!: es probable que en ese año empezaran a perder ¡influenza! curativa el grog y los cigarros. Bien está. Lo cierto es que la primera frase de El quadern gris, fechada el 8 de marzo de 1918 (una datación por cierto meramente literaria) dice: "Com que hi ha tanta grippe, han hagut de clausurar l'Universitat" Esta frase ha sufrido tres correcciones en la nueva y necesaria edición catalana del libro (la castellana, de Ros y Ridruejo, sale a mediados de enero) que ha preparado Narcís Garolera: la universitat y grippe. La eliminación del apóstrofo en razón de la norma moderna que lo reserva para las vocales tónicas me parece justificable: ese apóstrofo solo tiene que dar explicaciones a la gramática. Pero la mayúscula de Universitat (como aquella añorada de la Prensa) y la catalanización de grippe deben dar explicaciones a la vida. Y hay una vida en las decisiones lingüísticas planianas que la corrección extirpa.