Image: Libre albedrío

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Opinión

Libre albedrío

Por Arcadi Espada Ver todos los artículos de 'Solito en la vida'

1 marzo, 2013 01:00

Arcadi Espada


El libro de David Eagleman sobre el cerebro. Incógnito, en Anagrama. Una excelente puesta a punto de lo que sabemos y de lo que no sabemos sobre la nuez. Eagleman es un hombre educado y correcto, e incluso un tanto alarmado a veces por la inexorabilidad de determinados datos científicos. Tiene buenas intenciones y trabaja para una alianza entre la ciencia y el derecho, que en poco tiempo ha de introducir cambios importantes en la relación entre el crimen y el castigo. Dada la moderación de Eagleman, y su competencia, las noticias que trae sobre el libre albedrío deben ser especialmente consideradas. Y bien, para decirlo con música militar, el libre albedrío ni está ni se le espera.

Las consecuencias de pensar en el libre albedrío como una creación ficticia marean. Es difícil imaginar la vida humana sin la libertad de elección. Es difícil imaginar, exactamente, el pasado de un hombre, con el convencimiento de que las decisiones que tomó fueron las únicas que pudo haber tomado dado un cóctel preciso de naturaleza y cultura. Pero la neurociencia empuja a esta conclusión dramática con una fuerza y una convicción que no alcanzaron dos mil años de filosofía. Ya imagina cualquiera, insisto, en qué medida dominios claves de la vida se ven afectados por este vacío ciego del yo y de la reponsabilidad. Pero en este cuaderno uno ha de pensar obligatoriamente en la literatura. ¡Cómo concebir una literatura sin libertad y sin lo que de un modo tan sombrío y exacto se llama la mala conciencia! La vida sin libre albedrío se parece a la contemplación de una película donde uno fuera a la vez espectador y protagonista de un guión establecido. ¿A qué la crítica?