Paul Auster, J.M. Coetzee, Fernando Aramburu y José Luis Cuerda

¿Derecho de cita? ¿Difusión de la cultura? ¿O robo a mano armada? Juzguen ustedes. Rancho Las Voces es una publicación digital de Ciudad Juárez. Sus promotores no trabajan por amor al arte, no crean, que exponen claramente sus tarifas publicitarias. Pero sus contenidos, de carácter cultural, no los elaboran ellos. Qué va. Los pescan en la red, los cuelgan sin citar medio ni autor, y listo. Así ha ocurrido con la entrevista a Fernando Aramburu que publicó El Cultural en febrero, pirateada íntegramente. No es la primera vez, por eso lo cuento. No está de más recordar que en el debate, necesario, sobre los límites de la propiedad intelectual en la Red suele olvidarse el papel de estos corsarios. Ni agua para ellos.

Paul Auster y J. M. Coetzee, convertidos ya en pareja de hecho literario, se reunieron de nuevo en la Feria del Libro de Buenos Aires y recibieron juntos el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de San Martín. Allí, Auster defendió el futuro de la novela y la relación del autor con "su" lector, mientras Coetzee confesó que sólo "una o dos veces en mi vida he experimentado la elevación de la que habla García Márquez [al escribir]. Yo ya no la poseo". Lo peor vino cuando afirmó que "nunca he sido muy bueno para evocar la realidad y ahora no siento el impulso de recrearla con palabras". ¿Quiere decir que ya no habrá más relatos del Nobel?

Ahora que está de moda la comedia española con el excesivo éxito de Ocho apellidos vascos, Divisa, Mercury Films, la Filmoteca Nacional y la Fnac rescatan una de las obras maestras del género, Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda, hasta ahora difícil de encontrar a pesar de haber celebrado su 25 aniversario con un subterráneo renacimiento propiciado por seguidores incondicionales de la película a través de foros y clandestinas iniciativas en las redes sociales. Yo es que siento devoción por esta película, y no sólo por Faulkner.

El gremio musical no deja de sacar partido a su trabajo con nuevas fórmulas. La Filarmónica de Berlín, antes aliada con Deutsche Gramophone y Sony, ha creado su propio sello: Berliner Philharmoniker Recordings. Además, Barenboim lanza, junto a Universal, Peral Music. Primer lanzamiento: las sinfonías completas de Bruckner.