Estamos tan acostumbrados a recibir malas noticias sobre las librerías españolas que hoy, en su Día, quiero celebrar con ellas que aunque algunas clásicas han cerrado, en los últimos meses han nacido otras tantas con grandes perspectivas de futuro. Alzo mi copa por la prosperidad de Letras Corsarias, en Salamanca; Rosetta, en Ferrol; Primera Página, en Urueña, Valladolid; Planeta Zocar, en Jerez, la renacida Juan Rulfo y, próximamente, Los Editores, en Madrid. Si hay más, díganmelo, porque cada nueva librería merece celebración.



Sorprendente confesión la del venerado Karl Ove Knausgaard (La muerte del padre, Un hombre enamorado) al intentar reseñar Sumisión de Houellebecq en el suplemento de libros del New York Times: "Jamás he leído sus libros. Sé que es extraño, porque Houellebecq es considerado un gran escritor, y no puedes estar al tanto de la literatura actual sin él. Un amigo me lo viene recomendando desde 1988, desde que apareció Las partículas elementales, y cada vez que lo veo me insiste en que es el mejor libro que ha leído nunca. Lo he intentado, pero siempre regresa a su estantería sin ser leído. Mi resistencia a comenzar un libro suyo es abrumadora. No sé la razón, quizá es demasiado grande para mí". Al final, claro, la crítica del libro la hizo la crítica-estrella del suplemento, Michiko Kakutani.



Riccardo Muti inauguró la exposición permanente que el Conservatorio de Milán ha dedicado a Toscanini, su máxima referencia sobre el podio. Volvió hablar y volvió a subir el pan. Muti ha donado un frac del legendario maestro. Un gesto que le dio pie para lanzar sus recurrentes venablos: "Es cierto que es una prenda que puede hacernos sentir unos pingüinos pero es nuestro uniforme. Hoy pocos directores se lo ponen, salen a dirigir vestidos de cualquier manera. Algunos recuerdan a pieles rojas, con sus botas y sus tachuelas. Quizá el frac sea un poco obsoleto pero el decoro no".



Varios rostros de la pantalla se han puesto detrás de ella: Daniel Guzmán, Leticia Dolera, Zoé Berriatúa... El último en sumarse al grupo es Raúl Arévalo, que se encuentra ya en la fase de montaje de su ópera prima como director, Tarde para la ira, rodada este verano entre Madrid y Segovia con el omnipresente Antonio de la Torre.