Image: La tarima vacía

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Opinión

La tarima vacía

21 abril, 2017 02:00

Arcadi Espada

Javier Orrico le ha puesto un bello título a su último ensayo sobre el estado de la enseñanza en España: La tarima vacía. La tarima está vacía porque han desaparecido el conocimiento y la jerarquía. Lo primero tiene una explicación puramente comunista: la enseñanza en España ha igualado por abajo. Como en el comunismo la catástrofe ha sido generalizada. Como en el comunismo también esa utopía igualitaria no ha podido concretarse: la nomenclatura ha huido del sistema público y ha consolidado las diferencias de clase a través de colegios privados donde hay igualdad solo para los que acceden al máximo nivel de conocimiento.

Así el proyecto ilustrado, que pretendía corregir las diferencias de cuna mediante el esfuerzo, el mérito y el cultivo del talento, ha fracasado. La idiocia general, sin embargo, no se preocupa y defiende que lo que llama "la educación"es algo más vasto y complejo que el conocimiento. La idiocia lo dice, naturalmente, desde el desconocimiento más atrevido y atroz.

Estrechamente vinculada con este itinerario, a la igualdad por la ignorancia, está la desaparición de la jerarquía. Cuando la verdad solo es una opinión más, quien la encarna es también opinable. Es verdad que la autoridad no es un argumento, pero a esa conclusión solo debe llegarse después de escucharla, lo que por desgracia no es el caso. Al mismo tiempo que Orrico publicaba este ensayo desacomplejado y feroz, una docena larga de intelectuales británicos, entre los que está Julian Baggini, publicaba un manifiesto en defensa de la jerarquía. Las últimas líneas decían que debe darse la igualdad de dignidad y de derechos para todos. Pero que, del mismo modo, es iluso pensar que todos van a poder tener el mismo poder y la misma autoridad. El libro de Orrico demuestra que en la enseñanza española se ha producido la letal inversión de estas cláusulas. Ni autoridad ni derechos.

@arcadi_espada