Dicen que esta Papelera es cruel, pero la revista colombiana Las2orillas la supera. Acaba de publicar una lista de los autores "de un sólo éxito a los que las editoriales han inflado", entre los que incluyen a Laura Restrepo y su Delirio ("sus novelas han envejecido"); Jorge Franco (tras Rosario Tijeras, ninguna de sus novelas "tuvo el éxito de su sicaria enamorada"); William Ospina y Ursua ("el resto de sus libros ha estado lejos de exhibir el nivel mostrado en su debut") o Hector Abad Faciolince y El olvido que seremos, del que afirman no sólo que nunca ha vuelto a escribir algo tan conmovedor como esa novela, sino que "ahora, agobiado por los compromisos editoriales adquiridos desde el 2007 con Alfaguara se le nota que escribe afanado".

Los muertos no siempre se quedan tan solos. A veces, el entusiasmo de un puñado de letraheridos, los de la editorial cántabra Tantín, permite que se recupere un clásico como La esfinge maragata (1914), de Concha Espina, en edición de Cristina Fernández Gallo. La novelista, propuesta al Nobel en tres ocasiones (1926-28), perdió el premio el primer año por un solo voto, el de la Real Academia Española precisamente, según Fernández Gallo.

Me soplan que Manuel Martín Cuenca (Caníbal, La flaqueza del bolchevique) acaba de terminar El autor, su nueva película basada en El móvil, la primera novela de Javier Cercas publicada en 1987. Rodada en Sevilla, cuenta entre su reparto con Javier Gutiérrez, María León y, cómo no, Antonio de la Torre. La historia recrea los conflictos de un novelista en ciernes que, obsesionado con la página en blanco, convertirá su vida en ficción. Álvaro (Javier Gutiérrez), el protagonista, iniciará un camino sin retorno que le llevará a tener una relación poco amistosa con los que le rodean...

De una forma o de otra, nos guste más o menos, parece que las Naves del Matadero madrileño empiezan a carburar. A partir de este sábado, 13, comienza una semana dedicada al bailarín y coreógrafo Merce Cunnigham. Talleres, el espectáculo Not a Moment Too Soon, documentales y piezas de videodanza en la Cineteca y la proyección en la Sala Hormigón de Los lunes con Merce forman un loable homenaje a quien cambió el rumbo de la danza contemporánea.