Los géneros novelescos:  la novela negra

Los géneros novelescos: la novela negra

Dardos

Los géneros novelescos: el éxito de la novela negra en España

El año pasado repasamos con autores, editores y libreros el estado de la Feria. En esta ocasión, revisamos los géneros más populares de la mano de sus mejores creadores

María Oruña Juan Gómez-Jurado
30 mayo, 2023 02:06

Incertidumbre desdibujada y equilibrio moral

María Oruña
Novelista. Su último thriller es El camino del fuego (Destino, 2022)

Dicen que la novela negra está de moda, aunque la cantinela lleva tanto tiempo escuchándose que la tendencia parece que podría estar asentándose. Ese género menor, esas novelillas que, como si fueran las de vaqueros que se vendían antes en los quioscos, valían para entretener al personal y poco más. Como si la literatura fuera otra cosa. Aunque hay quien dice que la única diferencia entre la narrativa general y la negra es que, en la última, el muerto aparece ya en las primeras páginas.

Hace años, en una charla en Barcelona, tuve la oportunidad de compartir coloquio con dos psicólogas, que opinaban que el éxito de la novela negra radicaba en el equilibrio moral que implicaba; el mal hacía de las suyas, pero el bien terminaba por imponerse o, al menos, por hacer justicia. El lector disfrutaba de la resolución del enigma y se desdibujaba la incertidumbre: si algo oscuro había sucedido, cerrábamos la última página del libro sabiendo quién, cómo y por qué.

Además, y para mayor regocijo, el malvado casi siempre era atrapado y debía responder ante la balanza de la justicia, dando con sus huesos en el presidio o en el abrazo de la muerte, según el estilo y las querencias de autor. Este punto de vista, este equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal, implicaba una línea narrativa que en la vida real no podíamos disfrutar. Cuántos crímenes irresolutos, cuántas inquietantes desapariciones que nunca serán aclaradas. Desde luego, parece mucho más tranquilizador sumergirse en las novelas de misterio que en la vida real.

Las novelas negras reflexionan sobre temas de actualidad, pero,
por lo general, añaden algo divertido: convierten al lector
en detective y, si lo hacen bien, el juego puede ser extraordinario

Pero, ¿por qué ahora parece que cala más este género literario? ¿Por qué no antes, cuando la novela histórica, por ejemplo, arrasaba en las librerías? En mi opinión, no es que los lectores hayan cambiado, sino que quienes se han transformado han sido los escritores. Y no porque pretendan innovar en el género de forma desesperada, sino porque los cambios propios de cada generación han modificado el vaivén de la pluma.

Los autores de novela negra actuales son hijos de su tiempo: disponen de una concepción audiovisual extraordinaria, pues sus infancias ya se han visto acompañadas por la televisión, el cine y la música. Su concepto del mundo es amplio, y su información sobre todo lo que sucede en el planeta es instantánea, aunque en este sentido a veces internet se me antoja más un retroceso para el ingenio que una ventaja fáctica.

Las novelas negras reflexionan sobre temas de actualidad, pero sin limitarse a ahondar en sus claves, porque por lo general añaden algo divertido: convierten al lector en detective y, si lo hacen bien, el juego puede ser extraordinario.

El objetivo de todo autor es crear un universo que valga la pena, en el que el lector sienta cierta nostalgia al cerrar la última página, como todos aquellos que lamentan terminar un buen viaje. Cada libro debe ser una provocación, un reto. Por eso es bonito cuando llegan ferias del libro como la de Madrid, donde se cruzan las miradas de los que leen y los que escriben: tengo la sensación de que los soñadores siempre se reconocen. 

La nueva moda española

Juan Gómez-Jurado

Periodista y narrador. Su última novela es Todo arde (Ediciones B, 2022)

La novela negra en España goza ahora no solo de una excelente salud, sino de una extraordinaria reputación internacional. De hecho, allá donde he ido últimamente, ya sea Holanda, Italia, o Estados Unidos, me han celebrado la gran salud del thriller ibérico, porque existe la certeza generalizada en las editoriales de otros países de que nuestra novela negra ha reemplazado ventajosamente a los suecos como la nueva ola del género. Así, por ejemplo, La Reina Roja, publicada en Estados Unidos por Pan Books, ha sido reseñada en el New York Times no una vez sino dos, lo cual es algo absolutamente asombroso…

Lo cierto es que el mundo actual es carne de thriller, convertido en la metáfora perfecta del siglo XXI, dada la ansiedad y la angustia reinantes, la sensación de inminente peligro físico y social, las amenazas sin nombre que nos acechan. En ese clima de zozobra general colectiva y universal, la novela negra española tiene una voz específica, original, pues es capaz de respetar la especificidad del género sin tomarse demasiado en serio a sí misma, sin tener tampoco demasiadas pretensiones pero al mismo tiempo intentando hacer algo valioso literariamente. Ese es quizá su secreto, porque en esa aparente imperfección se encuentra su truco, su clave.

Existe la certeza generalizada en las editoriales de otros países
de que nuestra novela negra ha reemplazado ventajosamente
a los suecos como la nueva ola del género

La novela negra española triunfa además por condiciones naturales que no están marcadas necesariamente por los condicionantes concretos, o no solamente por eso, sino por el hecho de que hemos llegado al mismo tiempo una serie de autores que hacemos cosas distintas, y desde miradas muy diversas, pero con unas características similares: de hecho, todos mis compañeros (Dolores Redondo, Eva Sáenz de Urturi, Javier Castillo, Miguel Santiago, María Oruña, Manel Loureiro...), que también están triunfando y siendo traducidos prácticamente en todos los países posibles, tenemos una edad similar y unas influencias semejantes, aunque esa coincidencia temporal y esos éxitos compartidos no significan la uniformidad de nuestras propuestas, porque ni Eva, ni Dolores, ni Manel, hacen lo mismo que yo, y lo mío es también completamente distinto a lo de Javier o María, aunque tengamos un background común. Además, nos une una poderosa amistad.

Confieso que yo lo que veo en mis compañeros es muchísimo talento, muchas páginas que son divertidas, tanto que a menudo, cuando leo una de sus novelas, pienso que ojalá se me hubiera ocurrido eso a mí. Pero más allá de cómo nos llevemos, lo que importan son los resultados, y lo que es un hecho es que en estos momentos existe en España la generación más sólida de autores de novela negra del mundo, y eso es muy, muy interesante.

Cuando ahora vas a Estados Unidos, y ves las listas de los libros más vendidos, te encuentras con los nombres de los escritores norteamericanos de siempre, a los Stephen King o Douglas Preston… es como estar de nuevo en los años noventa, hay muy poca evolución, porque siguen haciendo lo mismo que en aquella década. Por eso creo que los lectores se vuelven tanto a lo que se está haciendo en Europa, y especialmente en España. 

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