Un asunto al que se le da muchas vueltas es el de la posteridad. No es el caso de Rodrigo Fresán (cxtx), que lo tiene muy claro. “Pero ¿qué escritor piensa en la perduración de su obra? Que les vaya bonito (…) Me parece algo tremendo pensar en esto. Mi idea de posteridad es llegar a final de mes y pagar todas las cuentas. (…) Hay escritores que leen y que son los que están preocupados por la posteridad y hay lectores que escriben, que están preocupados por cómo se enfrentarán al capítulo siguiente, que es la verdadera posteridad de todo escritor”.
Con el paso del tiempo, se ve todo muy distinto. Fotogramas, dirigida hoy por Julieta Martialay, ya no ve El Padrino de Coppola como cuando se estrenó. “Confesamos sentirnos profundamente conmocionados (y decepcionados) –se puede leer en su página web– por las tres estrellas concedidas hace 50 años a la obra maestra de Coppola y rezamos al Dios de las naranjas y los cannoli para no recibir una cabeza de caballo con nocturnidad, alevosía y fría venganza”.
“Si muestras una visión edulcorada y simplificada de la historia de España, es más fácil que te hagan académico y que te den premios y medallas”
José Álvarez Junco
El eterno debate sobre la historia no conoce descanso. “¿Existe un historiador imparcial?”, pregunta Enric González (Babelia) a Henry Kamen. “Yo no lo soy y no he conocido ninguno”, contesta el hispanista. “El historiador selecciona e interpreta, y ahí pesan las preferencias personales y la posición ideológica”, explica. Unas líneas más abajo, su colega José Álvarez Junco es más contundente aún: “Si muestras una visión edulcorada y simplificada de la historia de España, es más fácil que te hagan académico y que te den premios y medallas (…) Pero si quieres ir a favor o en contra de algo o defender una causa, más te vale que te olvides de la historia y que te hagas abogado.”
Figura imprescindible de la historia más reciente es Carmen Balcells. La Vanguardia avanzaba un extracto de la biografía de Carme Riera sobre el aspecto más bon vivant de la agente. Así se manejaba en los restaurantes, donde convidaba a sus autores no siempre bien alimentados. “Preguntó al entrar si tenían angulas –escribe Riera–, le dijeron que sí. ‘Pues tráiganlas todas, exigió, más que pidió, al estupefacto metre, que la miró con ojos compungidos, yo creo que pensando en lo que aquello costaría…”. El juicio sobre Ballcels, como de todas las figuras grandes, depende de quién lo emita. Riera se lo aclara a Juan Cruz (El Periódico). “Merece la beatificación y la santificación por parte de los autores”. Pero, aclara, “hay otros aspectos por los que, según los editores, ella no merece la beatificación, pero como yo no soy editora, sino escritora…”.
Agustín Fernández-Mallo (El País) tal vez haya dado con la clave de esa disparidad de intereses entre el autor y el editor. “Los editores –sostiene– siempre quieren un éxito comprobado y los escritores justo lo contrario: un éxito que aún no está probado”.
El papel de la mujer en el mundo actual es objeto de continua reflexión. Sobre ello habla Virginia Feito (Vogue). “Si te fijas, últimamente, aunque la mujer sea una persona difícil, porque beba o sea borde o lo que sea, al final a ella siempre la quieres porque en el fondo es una persona excepcional, salva al pueblo, rescata al niño del pozo. Y siempre sus defectos son culpa de un hombre (…) Para mí el verdadero feminismo es asumir que no todas ni todo el tiempo tenemos que ser la leche. El feminismo es recordar que somos humanas y, por tanto, podemos tener defectos. Y no pasa nada”.
"Para mí el verdadero feminismo es asumir que no todas ni todo el tiempo tenemos que ser la leche"
Virginia Feito
La novelista Eva Baltasar (El Nacional.cat) abunda en el asunto. “Yo en ningún momento he hecho tres novelas sobre tres mujeres perfectas y feministas”. Se pregunta: “¿por qué determinada cosa tiene que ser masculina y por qué otra femenina?” Y aclara cómo solucionarlo: “Intento hacer este cruce entre las dos”.
P.S. Volvemos a la historia. Karmelo C. Iribarren utiliza el estilo fe de errores y corrige la noticia que ha puesto a Pío Baroja de actualidad. Así se expresa en Twitter. “‘San Sebastián le niega la Medalla de Oro de la ciudad a Pío Baroja’. Donde dice San Sebastián, debe decir el Ayuntamiento, y no al completo. En cualquier caso, Baroja tiene la medalla de los lectores, que es la importante. Ahí no llega el Ayuntamiento”.