Image: Cien artistas influyentes

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Primera palabra

Cien artistas influyentes

por Luis María Anson, de la Real Academia Española

21 junio, 2007 02:00

por Luis María Anson, de la Real Academia Española

Confieso mi ignorancia. Después de veinte años al frente de la más influyente revista cultural de España e Iberoamérica, después de una vida profesional volcada en la cultura, no conozco la obra tal vez del 30% de los artistas que figuran como los cien más influyentes del mundo en "Descubrir el Arte", la revista que dirige con excelente pulso Javier Villalba.

Entre los españoles son todos los que están, aunque no estén todos los que son pues hay más de una ausencia brillante. Tápies, Palazuelo y Gordillo no admiten discusión. Están bien elegidos Plensa, Miquel Navarro, Cristina Iglesias y Aramberri. Y no le faltan méritos a Antoni Muntadas, Dora García o Santiago Sierra. Diez españoles entre los cien influyentes del mundo me parece excesivo. En las clasificaciones internacionales más prestigiosas de los mejores pintores vivos, no aparece ni siquiera Barceló entre los cien primeros, cuando no hace demasiados años Picasso, Miró, Dalí, Gris o Sert eran nombres que escalaban el top ten.

Casi doscientas naciones produciendo arte disculpa un poco mi ignorancia sobre varios de los nombres que la revista de Villalba aporta en el excelente reportaje al que me refiero. La Documenta de Kassel y la Bienal de Venecia inspiran en gran parte la selección que se vuelca sobre la fotografía y el vídeo en ese arco nuevo desde el que se disparan las flechas de la última vanguardia artística. Algunas de ellas retornarán sin hacer blanco al carcaj de la Historia del Arte.

Rauschenberg y Jaspers Johns, estremecidos por Dada, y atónitos, figuran en la relación y yo los destacaría. También está sorprendentemente Jean-Luc Godard, más vivo en el ánimo de los jóvenes de lo que algunos pensábamos. Richard Serra, con cierta historia rocambolesca en España y asombrosas masas de material noble en el Guggenheim de Bilbao, se agiganta entre los cien elegidos. Interesan el coreano Kimsooja y el mexicano Gabriel Orozco. El gran Bill Viola brilla entre sus acompañantes. También el danés Eliasson, el irlandés Coleman y el francés Buren. Y sobre todo el impresionante Lucien Freud, alemán de nacimiento, nieto de Freud, británico de corazón, retratista profundo y descarnado. Sus personajes tienen a la vez algo de la cándidaEréndira y del abuelo desalmado. Me ha alegrado encontrar en el paraíso del reportaje de "Descubrir el Arte" al británico Anthony Caro, un artista de la escultura que es un fulgor y deslumbra. Y por supuesto al chino Zhang Huan, al indio Anish Kapoor -escultura en carne viva- y a la alemana Rebecca Horn.

Faltan creadores cardinales de la Negritud, a los que tal vez les falta influencia, pero no calidad. Y en Nepal, Pakistán, Kirguizistán, Filipinas, Mongolia o las Marianas también hay nombres que el arte contemporáneo no puede marginar.

Bienvenido sea, en todo caso, el esfuerzo de esa revista que me ha demostrado lo lejos que estoy de tener el conocimiento no especializado, pero global, del arte contemporáneo al que siempre he aspirado. Recuerdo algunas largas conversaciones con María Corral en mi despacho de ABC. Debatíamos sobre las corrientes artísticas y ella solía citarme a algún "pintor genial" que yo no conocía. A veces era genial, en ocasiones el citado no era tan genial y ha desaparecido de la estima general. Pero María me demostraba lo difícil que resulta la navegación en las inquietas aguas, y turbias, de las vanguardias artísticas con las que la globalización ha invadido a dos centenares de naciones en el mundo entero, que giran, hoy por hoy, en torno al sol centroeuropeo de Berlín.

Zigzag

Me envía Sánchez Ron la Biografía del Universo de John Gribbin, un libro interesantísimo que he devorado en una noche de insomnio y rosas. Con un lenguaje científico transparente, el autor responde a muchos de los grandes interrogantes de la ciencia, hoy: ¿Cómo empezó el Universo?; ¿qué es lo que mantiene unido el Universo?; ¿de dónde proviene el sistema solar?; ¿dónde se originó la vida? Y la pregunta más inquietante: ¿Cómo terminará todo? Gribbin habla con respeto de Einstein y de su teoría especial de la relatividad, resumida en la célebre fórmula E = mc2, que establece la equivalencia entre la masa y la energía. Pero las entidades cuánticas se evaden de la teoría de Einstein. Lo infinitamente pequeño se burla de lo infinitamente grande y no se somete a sus reglas. El principio de incertidumbre de Heisenberg es una ecuación que resume la relación de la cantidad de incertidumbre en la posición de una entidad cuántica y la cantidad de incertidumbre en su movimiento. La naturaleza del mundo cuántico escapó a Einstein. Gribbin, sin hacer daño al científico clave del siglo XX, establece las dos incertidumbres matemáticamente unidas en una nueva ecuación. El autor, en fin, subraya que los impactos de meteoritos llegados desde el espacio han producido la extinción de especies enteras. Hace 440 millones de años, hace 360, hace 250 y hace 215, los meteoritos conmocionaron la vida en la Tierra. Para el autor, un impacto como el ocurrido hace 65 millones de años, el suceso Cretácico-Terciario, de producirse hoy, terminaría con la especie humana. No sólo el hombre que provoca el cambio climático amenaza a la Tierra. El Apocalipsis lo puede provocar un meteorito. Biografía del Universo es un libro en el que todos los párrafos están llenos de interés y sabiduría.