Umbral, poeta en vilo
por Luis María Anson, de la Real Academia Española
24 julio, 2009 02:00Luis María Anson, de la Real Academia Española
He leído muy detenidamente el libro Obra Poética que ha preparado Miguel García Posada. Hay versos sueltos que son relámpagos. Hay algún poema como "Tristeza" que sobrecoge. Hay aciertos deslumbrantes. Hay ráfagas de Neruda y Alberti, tal vez de Borges. Se enredan los poemas de Francisco Umbral en las raíces de Valle Inclán, de Juan Ramón, de Rubén, incluso de Bécquer, Lorca lejano y solo. Y sobre todo de Quevedo. Miguel García Posada, que es por cierto un escritor excelente, superior a Umbral como poeta, ha estudiado a fondo las lecturas y las adherencias del autor de Mortal y rosa.
Ha hecho bien García Posada en publicar el libro. Seguramente a Paco no le hubiera gustado, y prueba de ello es que no lo hizo, pero su lectura resulta imprescindible para los investigadores que quieran conocer la completa dimensión del gran escritor. "Perfumaba mi cruel adolescencia con los versos de Alberti, masticados", escribe rendido de admiración, para hablar luego de Picasso, "con sus garfios de navío"; de Joan Miró, "conversador de los espacios"; de Grau Santos, "la revolución alegre de la vida"; de Chillida, "bosque oxidado entre sus seres solitarios"; de Bardem, el grande, Juan Antonio, "hijo de tantas guerras… de un vivir humillado"; de Pedro Almodóvar, "la sangre en los tacones"; de Sara Montiel, "eres de pan y cielo rojo, eres de tiempo quieto, harina hembra, eres sol y silencio, como un pueblo, miriñaque de espigas o una arroba de vino entre las piernas, eres de loza antigua y sementera"; de Agatha, "amo los besos que te pintas en la cara"; de Baudelaire, "tristes jornadas del fantasma gris"; de Kafka, el "inteligente cadáver"; de Cela, "tremedal caído", "qué grieta de hombre"; de Cernuda, "corazón de ónix"; de Fernán Gómez, "abroquelado de silencios"; de Inma del Moral, "arboleda rubia", "adolescente risa, alegría numerosa", "amor inesperado". De Doña Sofía, "blanca y delgada, rubia y triste como una Reina dibujada, oro de ley el denso pelo, oro de ley el alma clara".
Los paisajes de la tierra y del alma de Francisco Umbral desfilan, abiertos en canal, por este libro que es una herida que sangra ahora tras la muerte del poeta.
ZIG ZAG
Si me preguntaran por los seis grandes pintores del siglo XX español me costaría mucho excluir porque las listas de los mejores son casi siempre una trampa. Picasso, a la cabeza. Tras él, Miró, Gris y Dalí. Después, Sorolla y Sert. Pero Tapies no debería estar ausente entre los más grandes. El éxito abrumador de la exposición de Joaquín Sorolla en el Prado y, sobre todo, la contemplación de la luz que estalla en sus cuadros, consolidan al artista entre los más grandes pintores del siglo XX. Ciertamente, su pintura coincide con el desarrollo del cubismo y el nacimiento del abstracto. Sorolla, que es contemporáneo de Léger y Kandinsky, está fuera de las inquietudes vanguardistas de su tiempo. Pero su calidad lo arrolla todo. Por eso su obra gana prestigio y cotización cada día.