Luis María Anson, de la Real Academia Española



Tony Judt, recientemente fallecido, es un intelectual que escribe desde la izquierda política. En Algo va mal sigue creyendo en los valores de lo público. Denuncia la voracidad de los mercados y la dictadura del beneficio. Pero la crítica que hace de los errores del socialismo ha consolidado su prestigio en los más diversos ambientes intelectuales y políticos. En este libro se irrita ante la insoportable levedad de la política, subraya lo que todavía se puede salvar del socialismo y de la socialdemocracia y ennegrece el futuro zarandeado por la globalización que ha permitido a las grandes empresas multinacionales aprovecharse de la desregulación fiscal. Estamos ante un libro, bien traducido por Belén Urrutia, de lectura imprescindible para entender el mundo actual conforme a los planteamientos de la izquierda y el progresismo sensatos.



O trabajamos sobre la interdisciplinariedad o será imposible resolver los graves problemas con que se enfrenta el hombre en la sociedad globalizada, desde el efecto invernadero a la energía nuclear, desde el cambio climático a los agujeros en la capa de ozono. José Manuel Sánchez Ron, que es uno de nuestros científicos con más carga intelectual, ha agavillado en La Nueva Ilustración una serie de ensayos que enfrentan al hombre con la alarmante realidad planteada por la ciencia y la tecnología. Nuestro pasado fue interdisciplinar desde Arquímedes y Galileo a Newton, Helmholtz y Pasteur. Nuestro presente tiene obligadamente que anudar la ciencia y las humanidades si quiere responder a los nuevos desafíos con los que se enfrenta la historia del hombre. Libro trascendente el de Sánchez Ron, escrito con un grave acento de verdad.



Lo que más me gustó del célebre ¡Indignaos! de Stéphane Hessel fue el prólogo certero de José Luis Sampedro. En Hessel hay mucho de panfleto. En Sampedro todo es solidez intelectual, profundidad del pensamiento. En este nuevo libro ¡Comprometeos! se recogen las conversaciones del escritor franco alemán con Gilles Vanderpooten. Cree Hessel que, contra los abusos del dinero y la dictadura de los mercados no basta ya con indignarse. Hay que comprometerse en la lucha decidida para transformar un mundo que carece de horizontes. Sin matices, con escasas veladuras, las razones de Hessel vuelven a rozar la literatura panfletaria. El fondo de verdad de lo que dice se enturbia en una excesiva simplificación.



El gran crítico literario Túa Blesa, catedrático universitario en Zaragoza, ha escrito un sagaz ensayo introductorio a las Traducciones/Persecuciones de Leopoldo María Panero. Valentín García Yebra creía como Octavio Paz que traducir no ha de ser una tarea servil sino una operación literaria creadora, "más creadora, literaria incluso, que el original traducido". El Premio Nobel mexicano tradujo desde los haikus japonés a los poemas de Pere Gimferrer. Leopoldo María Panero, según Túa Blesa, mantenía esa misma idea y, más que traducir, adapta al español los poemas de Carroll, Clare, Lear, Catulo o Bataille, entre otros autores. Octavio Paz, autor de Traducción: literatura y literalidad hubiera respaldado el esfuerzo de Panero y también la edición de Túa Blesa.



Escuché cómo Aitana Sánchez-Gijón propuso a Nuria Espert hacer una comedia de Sofi Oksanen titulada Purga. Tras escribir la obra teatral la autora finlandesa la transformó en novela. La he leído en una tarde trepidante. Es extraordinaria. El encuentro entre una anciana, Aliide, y una joven, Zara, permite a Sofi Oksanen plantear en Purga la colisión entre dos generaciones, dos estilos de vida, dos concepciones del mundo con más coincidencias de fondo que discrepancias. La arquitectura de la novela me parece magistral. Los diálogos, fulgurantes, revelan la calidad de dramaturga de la autora. Nuria Espert y Aitana Sánchez-Gijón serían el esplendor en la escena si se decidieran a trabajar juntas en la comedia de Sofi Oksanen. Aitana, con esas antenas intelectuales que tiene siempre erectas, ha sabido detectar una obra maestra. No se equivocó la paloma, no se equivocaba cuando explicó a Nuria Espert el alcance de los diálogos entre la anciana Aliide Truu y la joven Zara.