Julio Iglesias de Ussel sobre el caballo desbocado de la felicidad
Julio Iglesias de Ussel ocupa un lugar destacado en el mundo intelectual español. Académico de Ciencias Morales y Políticas, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, escritor de limpia prosa, autor de varios libros incuestionables, publica ahora, en colaboración con media docena de especialistas, La felicidad de los españoles. La Universidad, me dijo Das Gupta en lección peripatética sobre el césped de la Rabindranath Tagore de Calcuta, consiste sustancialmente en la continuidad de la ciencia. El profesor universitario debe dedicar su mejor tiempo a la investigación. Y Julio Iglesias de Ussel deja una obra de investigación sociológica de ancha profundidad.
En colaboración con Rebeca de Juan, Mariano Rojas, Gayle Allard, Jesús M. de Miguel, José Atilano Pena, José Manuel Sánchez Santos, Francisco Mochón, Jorge Guardiola y Elena Cachón, el profesor Iglesias ha puesto en pie un ensayo cargado con un formidable equipaje de datos, cifras, encuestas y cuadros esclarecedores. La idea de Schweitzer de que la felicidad consiste en buena salud y mala memoria no cuadra con Iglesias de Ussel, que aporta el recuerdo de largas experiencias y tenaces investigaciones. Cuando visité, auspiciado por el Father Jim, el padre Jiménez, la capital de Bután, Timbu, me sorprendió algo que se recoge en el libro: Jigme Singye, rey de aquel país diminuto y bellísimo, refugiado en las faldas del Himalaya, abdicó en su hijo Jigme Khesar, el cual, en 2006, menospreció el PIB, Producto Interior Bruto, y creó el FIB o Felicidad Interior Bruta. Y lo estableció bajo la idea del budismo hinayaniana: "La felicidad no consiste en tener mucho sino en desear poco".
En este libro, La felicidad de los españoles, se ahonda en las cuestiones más diversas de nuestra vida social. Se desarrolla un estudio científico de la felicidad. Se compara la de España con la de los otros países europeos. Se analiza la situación económica y su repercusión en los niveles de felicidad. Se aborda la educación como generadora de satisfacción. Se destaca la importancia de la familia. Se desmenuza la situación laboral. Se relaciona la felicidad con el ambiente social y con las normas establecidas. Se pregunta si es posible mantenerse feliz en tiempos de crisis.
Encuestas científicamente realizadas, sin connotaciones políticas ni exclusiones ideológicas, dan respuesta a todas estas cuestiones con conclusiones en muchos casos sorprendentes y aleccionadoras. No se tropieza el lector en este libro con situaciones personales, elucubraciones mentales, ligereza en las proposiciones. Todo son datos, cifras, estudios, investigaciones...
En mi opinión, hay una espina entre tantas rosas. Al analizar la estructura y el cambio social, se llega a una conclusión que no comparto hacia la religiosidad católica. Mi experiencia me dicta lo contrario. Sobre todo en las clases desfavorecidas, el sentido espiritual y la práctica religiosa contribuyen a hacer más felices a las personas. Así lo indica Juan Pablo II en la Sollicitudo rei socialis. Y como afirma el profesor Helliwell, “las personas que tienen sentimientos religiosos son, por lo general, más felices que las no religiosas”. No importa el tipo de credo o religión que se practique. Sé que la experiencia personal significa poco ante los estudios sociológicos de investigación pero tal vez no estaría de más replantear el cauce por el que transcurren las preguntas y resolverlas en un tubo de ensayo diferente. El anillo de Polícrates significa siempre la ida y la vuelta. Hay que ser felices en voz baja, como enseña la palabra, el Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros.
Gran libro, en fin, La felicidad de los españoles. Imprescindible para entender la realidad de la España actual después de cuarenta años de democracia pluralista plena. Las fantasías de otras épocas dictatoriales, en fin, nada tienen que ver con un ensayo como éste, construido desde la libertad y el rigor científico.