Adiós al desorden en casa: las cuatro maneras que siempre recomiendo para esconder enchufes y cables a la vista
- Cada vez usamos más dispositivos con baterías, pero no es necesario tener los cables a la vista siempre, pudiéndose esconder de forma cómoda.
- Más información: El error con los cables que puede hacer que tu móvil se rompa sin que te des cuenta
Hace unas pocas décadas en España se usaban electrodomésticos, como el televisor, el microondas o el frigorífico. Todos ellos usaban electricidad, como es normal, teniendo sus cables de alimentación vinculados a la pared. Pero como esos aparatos no se movían los cables podían estar tras ellos, o escondidos, y en ningún momento eran un problema.
Con la llegada de los móviles esto cambió de manera drástica, ya que necesitábamos un cargador con su cable para poder rellenar la batería del móvil. Al principio esto era algo que se hacía una vez a la semana, por lo que tampoco era un problema cargar el móvil en un sitio concreto. Pero el paso a los smartphones lo cambió todo.
Lo normal actualmente es cargar el teléfono cada día, e incluso más. Esto implica que el cargador tiene que estar siempre accesible. Por supuesto, no siempre estamos en la misma estancia cuando necesitamos cargar el móvil así que tenemos la opción de ir moviendo el cargador de habitación a habitación o bien dejar cargadores por toda la casa.
Cuando esos cargadores son inalámbricos no hay problema, pero cuando son de cable queda feo. Además, no solo tenemos que cargar los móviles. El uso de tablets y de dispositivos a batería, como lámparas de apoyo, relojes, cámaras o baterías portátiles se ha disparado y en ocasiones incluso necesitamos diferentes conectores, aunque poco a poco el USB-C se vaya imponiendo.
A esto sumamos otros cables de aparatos que no hemos de cargar pero que están en nuestro hogar, como la freidora de aire, los altavoces del ordenador, el router en el salón, los altavoces inteligentes. Y todo eso hace que los cables se vean por toda la casa, a no ser que tomemos medidas.
Oculta sobre el escritorio
La primera forma de organización es una de las más desconocidas. Se trata de usar cajas de diferentes tipos en las que guardar los cables mientras no los estemos usando. Hay modelos que están pensados para ello, pero también es posible coger una caja que nos guste como elemento decorativo, hacerle un agujero, y pasar los cables desde él al interior.
Si vamos a cargar un aparato y la caja es grande incluso podemos cargarlo dentro, sin que esté a la vista. Eso puede ser de utilidad si tenemos niños pequeños en casa, por ejemplo. Además, hay cajas de diferentes tipos, algunas con tapas, otras con los pasacables ya integrados, de diferentes colores, materiales...
Una variante de esta opción son los cestos de mimbre, que tienen el mismo uso, pero disponen de una estética distinta. Estas cajas se pueden poner al lado del televisor, en una estantería e incluso en un despacho y pueden servir para guardar cosas además de para alojar nuestros cables. Las hay de todos los precios, pero por menos de 15 euros tenemos algunas de muy buen diseño.
Organiza bajo la mesa
Cuando estamos organizando un despacho u oficina hay muchas cosas que vamos a querer enchufar. La más obvia es el ordenador, que si es un portátil tendrá sólo un cable pero que si es de otro tipo puede llevar más cables, de los altavoces, la webcam, etc.
Por supuesto, a eso hay que sumar los periféricos del ordenador y elementos que es casi imposible que no haya, como alguna lámpara o flexo en la mesa de trabajo. Para organizar estos cables lo mejor es usar pasos de mesa, que son estructuras, normalmente, de metal, que se atornillan a la mesa y en la que podemos poner los cables para que no estén colgando y molestándonos. También se pueden usar para poner los transformadores de algunos cables, que son bastante pesados y voluminosos. Hay bandejas organizadoras atornilladas y otras que no dañan la mesa, como esta que cuesta menos de 17 euros.
Tus cables, en uno
Si tenemos muchos cables bajo una mesa de ordenador, por ejemplo, es buena idea unirlos todos y usar un organizador en forma de espiral para que todos los cables se comporten como uno solo. Esto no los esconde completamente pero sí que organiza mucho mejor el lío de cables que podemos tener.
Además, siempre es una posibilidad usar velcro o cinta de doble cara para poder sujetar ese pasacables a la pared o a un mueble, sin que eso implique que no podemos mover los cables de su interior. Sería una suerte de pasacables, como los que se usan en las obras de albañilería, pero para un uso casero. Su precio es de menos de 2 euros.
Fija y que no se muevan
La última opción es la más económica, aunque no siempre ser la más adecuada. Pero para poder tener los cables siempre disponibles con un tirón y no tener que abrir o cerrar cajas o mover cosas lo mejor es usar los clips de cables. Son elementos de silicona muy baratos (cuestan menos de 6 euros seis unidades) que permiten encajar los cables y poder tirar para usarlos cuando queramos.
La clave es que, al pegarse en el canto de la mesa, el cable queda ligeramente visible pero no llega a molestar, estando siempre cerca para cuando necesitemos usarlo. Es incluso una opción pasar dos cables por el mismo clip, con dos conectores diferentes si es que llegara a hacernos falta. A esto siempre es buena idea sumar las regletas que permiten usar un solo cable cuando el enchufe está lejos y dejar todos los aparatos que necesitamos conectar en un mismo lugar, con los cables escondidos detrás de un mueble.