Si algo puede marcar la diferencia en el Real Madrid Castilla que entrena Raúl González Blanco es que los delanteros cuentan con el mejor mentor al que podrían aspirar en algún momento de su carrera. Esta circunstancia está marcando el crecimiento de Juanmi Latasa (Madrid, 2001). El nueve, que llegó a la casa blanca en categoría Cadete, lleva siendo referencia de su generación estos últimos años y este año se enfrenta a una temporada crucial para el devenir de su historia con el deporte del balón.
Este fin de semana volvió a ser referencia en un equipo que pecó de falta de experiencia ante el Castellón. Sumó el cuarto gol de la temporada y cada uno de ellos han dado puntos al filial madridista. Con ese gran juego de espaldas de un '9' con su estatura, 1,91 metros, en un grupo repleto de calidad ofensiva. Su último tanto fue para que el Castilla se metiese en el partido. Un choque de brega y de lucha para el ariete madridista que vio recompensado su trabajo con un gol, pese a la derrota del equipo en el Di Stéfano.
Raúl reconoció el talento de su jugador en la rueda de prensa posterior. "Latasa es un chico extraordionario, con mucho potencial. Trabaja y da goles, segundas jugadas, es importante para nosotros. Ojalá que siga en ese camino, tiene mejora y hay que exigirle mucho más. Le vamos a ayudar en este proceso mientras que esté con nosotros en el Castilla", explicó el delantero legendario.
La leyenda madridista decidió el año pasado contar con el delantero madrileño para su Castilla. Consciente de su capacidad, Raúl le dio minutos en el Castilla siendo todavía juvenil. A sus órdenes, conquistó el título continental de su categoría y, el curso pasado, en su primera temporada completa en el filial merengue, Latasa tuvo un papel fundamental especialmente en el tramo final de curso, marcando cuatro goles en las seis últimas jornadas para alcanzar la codiciada fase de ascenso.
A pesar de ser uno de los jóvenes talentos en los que ya empiezan a fijarse los entendidos de este deporte, desde los departamentos técnicos del club no tenían tan claro que pudiera terminar triunfando en la casa madridista. Llegó a La Fábrica en el año 2016 procedente del Unión Adarve. Le costó un año adaptarse a la exigencia del club blanco: en su primer año en el Cadete A apenas pudo anotar una decena de goles a pesar de que su equipo marcó más de 160 en total. Pero en su segunda temporada, ya en el Juvenil C, se redimió marcando 31 goles. Desde entonces, su progresión ha sido imparable.
Garra y gol
Latasa formó parte del equipo que, por primera vez en la historia del club blanco, consiguió ganar la Youth League. Fue máximo goleador de aquella edición con ocho goles, aunque no pudo jugar la final contra el Benfica por sanción. A esto hay que sumarle su presencia en las categorías inferiores de la selección española, habiendo sido ya internacional Sub19 y Sub20. Manu Fernández Trigo ha sido clave en su crecimiento ya que después de ese año difícil fue el hombre que siguió confiando en él consiguiendo que se redimiera en el Juvenil C.
Zurdo cerrado, sabe asociarse, combinar y proteger el balón, que ya es su mejor aliado sobre el césped. A campo abierto, la historia no varía. Se vacía, ataca los espacios y se anticipa a la acción defensiva del rival. Por otro lado, domina el arte de la descarga. El arte de recibir de espaldas, bajar el esférico y detectar al compañero mejor posicionado para comenzar a generar peligro. O simplemente a sorprender. Otro hilo conductor de un mecanismo cada vez más letal e interiorizado. Parece fácil, y se podría decir que lo es. La dificultad reside en la habilidad de Latasa para hacerlo una y otra vez, jugada tras jugada, y que el resultado sea el mismo.
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