Zinedine Zidane tiene ante sí varios problemas debido al aplazamiento del partido que debió jugarse el domingo 5 de febrero en Balaídos. Un nuevo encuentro que los blancos deberán jugar cuando haya fecha disponible, como ya pasase con el del Valencia que, finalmente, se disputará el 22 de este mes a las 18:45 horas.

Uno de las cosas que más preocupa al técnico francés es la falta de ritmo de sus jugadores. El Real Madrid disputó su último partido oficial el 29 de enero ante la Real Sociedad. Desde ese dia y hasta el sábado 11 de febrero, los blancos no volverán a jugar.

Para paliar el problema, Zizou organizó el domingo un partidillo en la sesión de entrenamiento, pero no es suficiente. Por lo que la carga de trabajo durante esta semana tiene que ser especial para que ante el Osasuna no se note esa falta de ritmo de competición que tiene en vilo a Zidane.

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