Villarreal, 14 de septiembre de 2013. El Real Madrid visitaba El Madrigal, entonces conocido con ese nombre, y para ello contaba con una nueva incorporación de lujo, Gareth Bale. El veloz extremo fue el fichaje más caro de aquel verano y llegaba a Madrid para formar un tridente para la historia junto a Benzema y Cristiano Ronaldo: la BBC. Cuatro temporadas después, Bale pisará una vez más el césped del, ahora, Estadio de la Cerámica tras su regreso al equipo la semana pasada.
En aquel entonces no muchos eran conscientes de lo que este jugador supondría a posteriori para la historia del Real Madrid. Tímidamente se presentó en el encuentro ante el Villarreal con el '11' en la espalda y preparado para un cumplir un sueño, jugar para el mejor equipo del mundo.
Su debut no pudo ir mejor particularmente. Poco más de media hora le costó al 'Expreso de Gales' para lograr su primer gol con la camiseta blanca. Asistencia de lujo de Carvajal que dejó mano a mano a Bale contra Asenjo el cual no pudo hacer nada ante la definición del jugador merengue. Un estreno soñado que se vio empañado por el resultado final, con empate a dos.
En la actualidad Bale ha cumplido con todas las expectativas depositadas en él cuando se produjo su fichaje y es uno de los mejores futbolistas de todo el planeta y un pilar fundamental en el Madrid. Dos Champions, dos Mundialitos, dos Supercopas de Europa y una Copa del Rey forman una vitrina espectacular en los cuatro años del galés en el Madrid.
Regresa a Villarreal coincidiendo con su salida de una lesión que le ha mantenido alejado de los terrenos de juego durante tres meses y medio. Apunta a la titularidad, como ha dejado entrever Zidane en rueda de prensa, y espera al menos repetir su gol y, en esta ocasión, sumar una victoria más para el líder del campeonato liguero.