El Real Madrid se impuso 1-3 al Nápoles para estar por séptima temporada consecutiva en los cuartos de la Champions. El último tanto del partido fue obra de Morata, que en su celebración hizo un gesto hacia la afición de San Paolo, pidiendo silencio, algo que no ha sentado nada bien en Italia, como ha mostrado Jugones.
Es de sobra conocida la rivalidad entre Nápoles y Juventus, y el pasado de Morata en el campeón italiano no sentó nada bien a la afición de San Paolo, que atacó durante todo el partido al jugador del Madrid. De ahí la reacción del canterano al marcar en el 90 y que tan mal ha sentado en el país italiano, que le critican un comportamiento que solo genera violencia.