Los aficionados del Real Madrid que viajaron a Nápoles para apoyar al equipo en el infierno de San Paolo vivieron su propio tormento antes de entrar al estadio. Los autobuses que les llevaban, escoltados por la policía local, dieron una vuelta de 80 kilómetros para llegar al recinto.
Los merengues llegaron al estadio pocos minutos antes de que el árbitro diera por comenzado el encuentro. La teoría rezaba que a las 18:30 salían rumbo a San Paolo para hacer un trayecto de unos quince minutos. Sin embargo, frente a todo pronóstico y provocando la incertidumbre de los aficionados, los autocares se metieron en la autopista en sentido contrario para recorrer cerca de 80 kilómetros en dos horas de trayecto. Muchos pensaban que no llegaban a oír el himno de la Champions.
Las autoridades no habían avisado del tour que iban a realizar, y muchos de los seguidores blancos compartieron por las redes sociales su indignación. Sin embargo, qué curioso que para el regreso al centro de Nápoles no hubo ningún problema y los autobuses llegaron en diez minutos.