Carvajal, Nacho, Morata y Lucas Vázquez son un claro ejemplo de que la cantera del Real Madrid da sus frutos. Formaron parte de una generación que consiguió llevar al Castilla a lo más alto con el ascenso a Segunda División en 2012. Con idas y venidas y caminos paralelos, los cuatro son a día de hoy jugadores del primer equipo, algo con lo que sueñan todos los que forman La Fábrica. Aquella hornada fue tan buena que actualmente son el orgullo de la entidad merengue, habiendo formado parte del equipo que consiguió La Décima y la Undécima y siendo historia viva del Real Madrid.

NACHO

El central es el único que no salió en busca de minutos que le hicieran crecer. Debutó con el primer equipo antes incluso del ascenso del Castilla y desde que subió al primer equipo nadie le ha movido de ahí. Pese a no ser titular indiscutible, es un fijo para todos los entrenadores que han ido pasando, pues su polivalencia y predisposición es muy valorada. Es un jugador que no solo cumple, sino que lo hace con nota en cada oportunidad.

CARVAJAL

Carvajal tuvo que emigrar a Alemania antes de debutar con el primer equipo. Con 20 años salió del Castilla rumbo al Bayern Leverkusen con la única idea de volver para triunfar de blanco. Tanto fue así que en un año ya estaba de vuelta. Su etapa allí fue un periodo de maduración más corto de lo esperado, pero es que evolucionó a una velocidad de vértigo. Regresó para levantar La Décima y La Undécima, siendo titular en las dos finales. Desde que volvió está asentado en la banda derecha, es uno de los mejores laterales del mundo y es un indiscutible en el once titular del Real Madrid. Además, un auténtico golazo dio a los blancos la Supercopa de Europa en Trondheim.

LUCAS VÁZQUEZ

Lucas jugó en Segunda tras el ascenso con el Castilla para después poner rumbo al Espanyol a terminar de curtirse como futbolista. Tras una temporada, volvió al Madrid para formar parte del primer equipo merengue, donde su velocidad y capacidad para encarar, con un gran uno contra uno, ha servido en muchas ocasiones para desatascar partidos. Además, ha sido el sustituto de un jugador como Gareth Bale cuando ha estado lesionado y ha sabido suplirle de maravilla. El jugador gallego es madridismo en estado puro. Fue clave en la final de La Undécima, donde tiró el primer penalti con una tranquilidad pasmosa que emocionó al mundo. 

MORATA

Álvaro Morata también salió del Real Madrid para acumular experiencia y poder volver. Formó parte del equipo que ganó la ansiada Décima para salir después rumbo a la Juventus de Turín en donde militó dos años. Su aventura en la Serie A le convirtió en un jugador codiciado por muchos clubes de Europa, pero el Real Madrid no se lo pensó y efectuó la opción de recompra, siendo la única compra en el verano pasado. Es fundamental en el esquema de Zidane pese a no ser titular indiscutible y está haciendo una gran temporada. Es el revulsivo perfecto. 

Los cuatro llevan mucho tiempo jugando juntos. Sus caminos se separaron y se volvieron a juntar en su objetivo: el primer equipo. Son un espejo en el que mirarse para los jugadores de la cantera y un orgullo para el Real Madrid. De La Fábrica a ganar la Champions, algo que podrían repetir otros jóvenes canteranos repartidos esta temporada como Marcos Llorente.

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