Cristiano fue el gran protagonista de la noche del martes en el Santiago Bernabéu. Un hat-trick suyo dio la clasificación al Real Madrid para las semifinales de la Champions League. Pero antes de que eso ocurriera, fue pitado por el Bernabéu algo que no recibió de buen grado.
El portugués respondió sobre el campo -con los tres goles- y ante los medios de comunicación -pidiendo paz al Bernabéu-. Pero no fue el único en tratar el tema con el partido ya finalizado. Hubo opiniones dispares. Mientras unos denunciaban cualquier silbido que el portugués reciba, otros, por contra, decían que es algo con lo que hay que vivir y que en el Bernabéu esto pasa.
Del primer bando eran Lucas y Marcelo. El gallego decía que "a Cristiano no se le puede pitar nunca", destacando las grandes dotes que tiene el portugués. Mismo discurso que utilizó el brasileño que no entiende que se pite al mejor jugador del mundo.
En el otro lado se encontraban Zidane y Ramos. Entrenador y capitán, los dos pesos pesados del vestuario blanco junto al propio Cristiano. Ambos opinan que los pitos forman parte de su oficio y con el Bernabéu como público puede pasar. El técnico francés sabe de lo que habla ya que en el pasado sufrió lo mismo que su actual pupilo. El coliseo blanco es exigente por definición y hay que aceptarlo. La solución, para ellos, está en sustituir los pitos por aplausos como ayer pudo comprobar el cuatro veces Balón de Oro.
Con pitos o sin ellos, el Bernabéu siempre le va a exigir el cien por cien a Cristiano Ronaldo. Es el mejor del mundo. El portugués aparecerá, como siempre, en los momentos importantes y la unión entre él y la afición merengue velará por el bien del Madrid.
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