Lucas Vázquez es es estilo de jugador que no copa las portadas o no protagoniza los traspasos millonarios, pero es ese jugador con el que casi todo aficionado se identifica dentro de su equipo. Es un valor que se necesita en toda plantilla. Un futbolista de pura raza que se entrega al cien por cien por el equipo y siente la camiseta a cada minuto sobre el campo.

UNA ATERRIZAJE METEÓRICO

Lucas volvió a casa en 2015. En su primera temporada fue la gran revelación del equipo. Con Benitez fue apareciendo de menos a más y fue con la llegada de Zidane cuando se convirtió en el jugador número 12. El técnico francés vio en él la figura perfecta para desatascar partidos a base de garra y vaya si lo hizo.

Nunca dijo no a nada. Fue el valiente en lanzar el primer penalti de la tanda de Milán y levantó a todo el madridismo con un gesto golpeándose el pecho que prácticamente dio media tanda a su equipo -al menos, en cuanto a confianza se refiere-. 

COMPROMISO Y PROFESIONALIDAD

Su pasada temporada no fue la más sencilla del mundo. La llegada de jugadores como Asensio o Morata le cerraron las puertas y participó menos que en la anterior campaña. Aún así siempre estuvo a disposición del técnico para cuando fuera necesario. Ahora los nuevos fichajes como Ceballos o una hipotética llegada de Mbappé le dificultan aún más su presencia en el equipo, pero él no se rinde. Ha trabajado como el que más en pretemporada y lo ha dado todo por el equipo, con mayor o menos fortuna. Tiene varias ofertas sobre la mesa pero no ha dicho palabra alguna en público. Solo le importa lo que pase sobre el césped y lo que tenga que venir vendrá.

Asensio y Kovacic se lucen en el entrenamiento del Madrid en Chicago con un golazo by footbie.com

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