Las descaradas jugarretas de Suárez para forzar la amarilla
Durante el partido liguero que enfrentaba al Barcelona y al Girona en el Camp Nou se volvió a ver a Luís Suárez pasado de revoluciones. Esta vez, el uruguayo, conocedor de su acumulación de cuatro tardejas amarillas, no cesó en su intentó por forzar descaradamente la quinta. Esta hipotética situación le facilitaría su presencia en el once dentro de dos semanas contra el Atlético de Madrid, partido que puede decidir La Liga.
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Son dos los jugadores del Barça los que hasta la jornada anterior estaban apercibidos de sanción por lo que podrían perderse el trascendental choque liguero que podría poner la puntilla a la competición. El FC Barcelona recibe al Atlético de Madrid dentro de quince días y los de Simeone apuran sus opciones para estrechar algo la clasificación.
Fruto de este venidero encuentro, tanto Jordi Alba como Luís Suárez volvieron a tirar de picardía y de engaño para sacarle la cartulina amarilla premeditada al colegiado Alberola Rojas, quien mosca en los últimos compases del encuentro, se dirigía entre risas nerviosas a sus homólogos a través del pinganillo. El lateral blaugrana se acabó saliendo con la suya tras un agarrón a Maffeo en el 87´ pero el atacante Luís Suárez se retiró a la caseta sin haber logrado su objetivo: engañar al árbitro para liberarse del próximo encuentro contra Las Palmas y poder jugar con seguridad el duelo ante el Atleti.
LA PILLERÍA DEBE SER CASTIGADA
No es la primera vez que el uruguayo se ve en la misma situación, pues no es extraño verle recurrir a técnicas poco deportivas para engañar al árbitro y que este decida complacerle mostrándole la cartulina. Para colmo, en un instante de la reclamación, se puede observar como el delantero pide ostensiblemente la cartulina... ¡para él mismo!.
Ante tal actuación el colegiado, conocedor de las intenciones del jugador, decidió no entrar al juego y, pese a no dar acta de lo sucedido, el comité de competición puede tener la última palabra para evitar tal descaro y cara dura de este tipo de jugadores que no solo ensucian el deporte, sino que desprestigian al rival con su actitud.
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