Kyilian Mbappé es uno de los futbolistas con mayor proyección de Europa. Probablemente, junto a jugadores como Marco Asensio, está llamado a liderar el deporte rey en los próximos años. Pese a su precocidad, la pasada campaña fue decisiva para catapultarle a la élite. En las filas del conjunto monegasco, a las órdenes de Jardim, fue protagonista principal de la Champions League, llevando a su equipo a unas semifinales europeas, donde la Juventus terminaría siendo su verdugo.

Su buen hacer le sirvió para situarle en la órbita de los grandes europeos. Su salida del Mónaco se contemplaba como segura a final de temporada. Real Madrid, Manchester City, PSG, entre otros, pensaron en el galo para reforzar sus plantillas a corto y largo plazo. Sin embargo, fueron los parisinos los que terminaron llevándose el gato al agua. Tras, prácticamente, completar una temporada en el Parque de los Príncipes, Mbappé ha analizado en el medio oficial del PSG las diferencias que ha observado desde su llegada al, en este momento, club más fuerte de Francia.

MBAPPÉ ANALIZA SU METAMORFOSIS

"¿Un gran cambio? Sí, claro. Son dos mundos diferentes, tanto dentro como fuera del campo. En cuanto al fútbol, Mónaco y París tienen dos estilos de juego diferentes. En Mónaco, esperábamos la más mínima falta del adversario para castigarlo en ataque rápido. En París, el adversario te espera, así que depende de ti crear huecos, tienes menos espacios para hacer cosas. Son carreras cortas pero intensas, con pequeños pasos, cambios de dirección. Es diferente, pero te permite ampliar tu paleta de registros y convertirte en un jugador más completo. Es positivo".