No hay nadie más indicado que Zidane para ocupar el banquillo del Real Madrid. El técnico francés forma parte ya de la historia del club blanco tras conseguir ocho títulos en menos de dos años y medio, pero por si había alguna duda ha terminado con ella en la presente edición de la Champions League.

Zidane ha tenido que soportar una y otra vez las críticas que le tachaban de no ser un buen entrenador o que era un simple motivador, daban igual los éxitos logrados. Pero ahora, la actuación del equipo en Europa ha terminado de golpe y porrazo con estos injustificados ataques. Los resultados hablan por sí solos.

LA REVOLUCIÓN LLEGA CONTRA EL PSG

El trabajo de Zidane durante la fase final de la Champions League está siendo casi perfecto y ya roza su tercera final consecutiva. Todo empezó contra el PSG, el temido 'coco' para muchos que se ció completamente superado en el Santiago Bernabéu. Zidane apostó por cuatro centrocampistas que ahogaron a Neymar y compañía. ¿El resultado? 3-1 para ir a París tranquilos. En la vuelta apostó cuando nadie lo esperaba por Asensio y Lucas -ya en la ida revolucionaron el encuentro- y volvió a funcionar a las mil maravillas.

EL PLAN DE CARDIFF REPITE ÉXITO

La Juventus esperaba en cuartos y ante Zidane se encontraba un Allegri que llegaba con la lección aprendida de Cardiff... o eso creía. Contra los bianconeri repitió el plan de la Duodécima y zanjó la eliminatoria en Turín con un 0-3 que dio la vuelta al mundo. Se asfixio al rival con una presión intensa, Isco fue crucial entre líneas y el Madrid golpeó desde la línea de fondo. La vuelta es el gran 'pero' de la andadura de Zidane en esta Champions. El equipo se relajó aunque sí es cierto que acertó con los cambios en el descanso. De paso, Bale quedó sentenciado.

LA TOMA DEL MÚNICH ARENA

El Bayern era el gran reto que le esperaba a Zidane en semis. El último paso antes de la final de Kiev y en Múnich se cumplió sobradamente. Si bien es cierto que el equipo sufrió, salió del Allianz Arena con una importante victoria en el bolsillo. Con una férrea defensa de Ramos y Varane, Zidane dio entrada a Lucas de inicio -Benzema y Bale, al banquillo- y acertó de lleno. Asensio volvió a salir en el descanso y fue, una vez más, la revolución blanca. Dos decisiones que bien pueden valer un billete a Kiev.