Benzema ha llegado al final de temporada en la forma física esperada. Rápido, atento y con ganas de reivindicarse. Era clave para ganarse un puesto en Kiev y tornar por completo una situación que se había convertido en un examen constante desde hacía varios meses. El mes de mayo ha traído consigo al '9' que en otras temporadas conquistó a la hinchada del Santiago Bernabéu. Sin embargo, a pesar de este gran final, ha sido uno de los años más duros para el jugador, si no el que más.

CRÍTICAS INICIALES

Los goles no llegaban y, de hecho, en Liga no han terminado de aparecer. Solo cinco dianas y ninguna contra el Barça ni Atlético. Se echaba en falta a un delantero y Benzema no estaba dando la talla. Ni de cara a puerta ni tampoco con su habitual rendimiento como asistente. De hecho, ha sido uno de los problemas que han llevado al Real Madrid a alejarse de las primeras posiciones del campeonato doméstico. Más allá de Cristiano parecía no ser posible ver portería. El atacante francés, pese a ello, contaba con la confianza plena de Zidane. 

La relación con el público merengue era más tensa a medida que pasaban los encuentros y Benzema no terminaba de arrancar. Las pitadas le sentenciaban y algunos pedían su venta inmediata para que no formara parte de la plantilla el curso que viene. Comenzadas las eliminatorias de Champions, Zidane le quitó la titularidad que parecía indiscutible y el jugador empezó a trabajar como se esperaba.

LOS NÚMEROS LE AVALAN

Mayo ha sido la mejor etapa de todo el curso para el jugador. Un total de 12 goles ha acumulado en toda la temporada. De los cinco en Liga con 32 partidos jugados a la misma cantidad en Champions con presencia en solo nueve encuentros. Un promedio total de un gol cada 270 minutos. Datos muy alejados de otros delanteros de los grandes equipos europeos.

Pero con ese cambio radical de las últimas semanas se puede comprobar el potencial de Benzema. De esos 12 goles que suma durante todo el actual curso, tres los ha anotado en mayo. Es decir, el 25% de sus tantos han llegado en un solo mes. En esta ocasión con un promedio de un gol cada 144 minutos de juego. Prácticamente la mitad que el balance de toda la temporada.

RECONCILIACIÓN CON LA AFICIÓN

El público merengue que tanto le ha señalado cambió de visión cuando Benzema lo mereció. Su buen partido ante el Bayern Múnich terminó con una ovación para el jugador. Dos goles que resultaron fundamentales y que fueron acompañados de una gran actitud. Carreras y presión que hacía tiempo que no se veían en el atacante galo. La historia se repitió ante el Celta de Vigo. Aunque sin ver portería, Benzema dejó una muy buena imagen que fue recompensada por la hinchada del Santiago Bernabéu.

La guinda llegó en Kiev. De nuevo, una gran jugada de presión e ímpetu deparaba en el primer tanto del partido y que habría un marcador que, hasta el momento, tenía el cerrojo echado. Se convirtió en uno de los héroes de Kiev marcando en una gran final después de no poder hacerlo ni en Cardiff, ni en Milán ni en Lisboa.

ZIDANE Y SU AUTORIDAD

El técnico del Real Madrid ha sido el principal sustento de Benzema. Tienen una gran relación y así lo han demostrado en repetidas ocasiones. Siempre que ha habido críticas, Zidane ha salido al cruce para evitar que su compatriota acumulara todo el peso de estas. Dejó claro que estaba a un buen nivel y que, aunque el gol no llegara, lo haría tarde o temprano. Ese fue su discurso durante varias ruedas de prensa.

Posteriormente también le relegó al banquillo para dejar paso a los jugadores que estaban en mejor forma. Pero finalmente, el tratamiento de Zidane con Benzema ha resultado efecto con una gran racha en el mes definitivo. El jugador, tal y como ya adelantó EL BERNABÉU, se quiere quedar en el Madrid.