Y Croacia no se dejó dominar. Ejemplo de seriedad y profesionalidad la que mostraron Modric y compañía en un partido que apenas les afectaba fue de destacar. El combinado entrenado por Dalic logró un triunfo que les deja como imbatidos en el grupo D y como líderes indiscutibles de uno de los grupos más complicados de todo el Mundial.

El encuentro comenzó como era de esperar. Dominio pleno de Croacia tocando el balón y generando ocasiones. Islandia no se ha caracterizado hasta el momento por su buen movimiento de pelota y la estrategia seguía siendo la misma. Esperar férreos atrás y buscar una contra en cualquier momento que sorprenda al rival. Y la táctica les llegó a salir bien en la primera mitad. Croacia no terminaba de llegar con peligro a la portería y era Sigurdsson quien rozaba un remate tras un centro y posteriormente Magnússon con un gran cabezazo.

Seguían los avisos islandeses y las miradas al resultado de Argentina y Nigeria. Con un paradón de Kalinic se iba el encuentro al descanso. Croacia intentaba controlar pero las ocasiones no se producían. Fue por tanto la segunda mitad la que dio más movimiento en el área. Tres goles para cerrar un partido entretenido y repleto de tensión por la igualdad del grupo.

Islandia, pese a que estaba contra las cuerdas, salía despistada tras el descanso. Cerca estuvo de ver el primer tanto tras un lanzamiento al larguero. Además, Nigeria empataba a uno y se colocaba segunda. Los cambios de clasificación empezaban a variar las tácticas y Croacia respondió con un gol. Badelj marcaba el primero del partido y demostraba que también se gana con suplentes.

Entonces comenzó la locura total. Nigeria apretaba, Argentina buscaba la remontada e Islandia creía en sus opciones. Kalinic solo retrasaría unos minutos el gol islandés con sus paradas. Penalti que pitó Mateu Lahoz y que transformaba Gylfi Sigurdsson. Pero con el 1-1 Islandia se desinfló por completo. El dominio de balón volvió a ser balcánico y con una selección rival desordenada en defensa, Perisic sentenciaba a la contra y con un disparo cruzado. 1-2, liderato con rotaciones y dejando un gran sabor de boca. Islandia, un año más, demostró que la unidad hace la fuerza.