La importancia del equilibrio en la casa blanca
- El Real Madrid demostró su buen hacer en las labores ofensivas y defensivas durante el debut liguero contra el Getafe.
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El Real Madrid volvía a un partido oficial después de no conseguir hacerse con la Supercopa de Europa frente al Atlético de Madrid. Los de 'El Cholo' consiguieron romper la defensa madridista en determinadas acciones del partido, tras una falta de entendimiento entre Varane y Ramos en el primer gol de Diego Costa o en varias jugadas con desajustes defensivos en la prórroga, que permitieron que los rojiblancos sentenciasen en los treinta minutos extra.
El partido contra el Getafe sirvió para demostrar que lo ocurrido en Tallin fue fruto de una sola noche. Los de Lopetegui solventaron el partido con un gran dato de posesión -en el que destacó Toni Kroos con un 98 por ciento de acierto en el pase- pero sobre todo con una gran jerarquía en defensa, mostrándose siempre bien al corte y no dejando lugar a que los jugadores azules tuviesen tiempo de desplegar su juego ofensivo.
Una necesidad que se antoja clave para conseguir volver a levantar el título. En el último triunfo, con Zinedine Zidane en el banquillo, consiguieron tener una diferencia de goles de +65, mientras que el año pasado descendió a +50. Datos que demuestran la importancia de ser un conjunto sólido y comprometido tanto en ataque como en la zona defensiva.
Vital importancia para la victoria
Por ello, el técnico vasco dejó las primeras muestras de que el famoso "equilibrio" del que tantos años se lleva hablando en el mundo del fútbol es esencial en su equipo. Sin ir más lejos, el Madrid llegó a tener un 78 por ciento de posesión en el partido, obligando a que los de Bordalás tuviesen que jugar muy retrasados y viesen prácticamente imposible intentar trenzar una jugada o contraataque.
Consecuencia también de un insaciable hambre competitivo, que ha permitido empezar a ver una presión sin balón que 'ahoga' a sus rivales y les impide salir con comodidad. Una nueva forma de jugar, que sumada a la garra que siempre ha caracterizado a los futbolistas blancos, se posiciona como crucial para volver a colocar al Real Madrid en el trono liguero una vez más en su historia.