Derrota complicada en Ipurua tras el parón internacional. Desde que Solari se hiciese con las riendas del primer equipo, el Real Madrid contaba sus partidos por victorias... hasta este sábado. Importante correctivo el que el Eibar impuso al conjunto merengue (3-0), que incluso podría haber sido todavía más sonrojante de no haber sido por la figura de Thibaut Courtois. El guardameta belga fue el mejor, de largo, de los blancos ante el cuadro armero.

Un resultado que aún duele más después de conocer que Barcelona y Atlético de Madrid empataron a 1 en el Wanda Metropolitano unas horas después de que Martínez Munuera pitase en el final en Éibar. El equipo de Concha Espina tenía ante sí la oportunidad perfecta para recortar puntos con los puestos de cabeza de la clasificación de La Liga, pero lejos de hacerlo ahora se colocan a cinco puntos de culés y cuatro de colchoneros. Todo ello antes de visitar a la Roma este mismo martes 27 de noviembre (21:00 horas).

Al terminar el encuentro en Ipurua, la cara de los madridistas era un poema. Desde Santiago Hernán Solari hasta los jugadores fuertes del Real Madrid que hablaron con los distintos medios de comunicación, tanto en zona mixta como a pie de campo, incidieron en la autocrítica, pero también dieron las dos claves para volver a dar un giro, esta vez hacia la victoria después de lograr cuatro triunfos consecutivos antes del parón por los compromisos de los diferentes combinados nacionales.

El entrenador argentino aseguró, en rueda de prensa, que tanto la situación como los errores tienen remedio, pero que para solucionarlo trabajarán de puertas para adentro, sin dar más pistas de forma pública. La autocrítica también llegó al vestuario. Desde Varane tras acabar el partido a Kroos, Courtois y Sergio Ramos entonaron el mea culpa, pero todos ellos dejaron claro qué hace falta para decir adiós de una vez por todas a las malas sensaciones: actitud y unión.

Actitud

Ante el Eibar no hubo un problema de bajón físico, sino de falta de empuje, de ganas y de querer. Una falta de actitud que penalizó al equipo con una dolorosa derrota. Creer hasta el segundo final hizo a este grupo entrar en la historia y es vital recuperar esto. Un Real Madrid sin alma, desangelado, en el que parecía que se había bajado los brazos antes de tiempo, sin creer en una posible remontada contra los vascos.

Pese a que es complicado reconocer que faltó actitud, eso es lo que hizo precisamente Sergio Ramos en zona mixta. Antes de reivindicar su imagen ante las falsas acusaciones de Football Leaks sobre un presunto positivo en un control antidopaje, el capitán merengue puso de relieve ante los medios de comunicación que la derrota no había sido fruto de un mal momento físico del equipo, sino que vio a los jugadores faltos de actitud, algo imperdonable para un club de la exigencia del Real Madrid.

Unidad

Los futbolistas blancos son una piña, pero también tienen que demostrarlo dentro del terreno de juego. Desde ya hace varios años se ha formado en el conjunto merengue un grupo de garantías, en el que demuestran el buen rollo existente cada vez que tienen ocasión. En especial el grupo se hizo fuerte y se mostró como una familia tras la salida de Cristiano Ronaldo, reivindicando esta unidad que ahora tanta falta hace.

Adiós individualidades o desenchufarse. Todos atacan. Todos defienden. El Real Madrid debe ser un bloque si quiere conseguir los objetivos al final de la presente temporada. Así lo dijeron tanto Raphaël Varane como Toni Kroos, ,mientras que Courtois dejó claro que no pueden volver a dar una imagen similar ya que son "el Real Madrid".

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