El Real Madrid afrontó su segundo día en Montreal con un gran imprevisto: una tormenta eléctrica. Los futbolistas blancos, tras una noche de descanso, se volvieron a poner en manos de Zidane y su preparador físico Gregory Depont. Pero la lluvia hizo acto de aparición en el momento en el que el equipo comenzó la carrera continua.
Al césped, pasadas las 10:00 horas de Canadá, saltaron 24 de los 25 jugadores de campo por un lado y por el otro los cuatro porteros. Luka Modric fue la única ausencia. El croata no saltó al campo y se quedó en el gimnasio entrenando a parte del grupo. El '10' blanco, eso sí, no sufriría nada importante pero se ejercitó a menor ritmo por precaución.
Mientras, el resto del equipo se preparaba para una sesión que comenzó con ejercicios de circulación de balón. A las 11:00 horas, sin embargo, la lluvia cumplió con su amenaza como se esperaba y la sesión se tuvo que trasladar al gimnasio de las instalaciones del Nutrilait Centre.
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