Todo lo que se recuerda de la rueda de prensa de presentación de Zinedine Zidane el día de su regreso al banquillo del Real Madrid se reduciría a dos palabras: "Habrá cambios". Florentino Pérez y su dirección deportiva volvían a poner en manos del 'brujo marsellés' el equipo y la consecución de la presente Liga confirmará el acierto de esa decisión.
No ha sido una temporada fácil porque los altibajos han provocado incluso momentos de dudas con el francés. Los meses de septiembre y octubre cernieron sobre el Santiago Bernabéu unas nubes negras que un cambio de actitud, rematado con la Supercopa de enero, llevó a que volviera a salir el sol sobre Concha Espina.
A 24 horas de que los blancos puedan poner el primer broche a la temporada, la situación pone en énfasis que los galones que volvieron a colocar al astro galo al frente del vestuario merengue han sido los principales responsables de que el Real Madrid vuelva a estar vinculado con el éxito en forma de títulos. Zidane volvió a pelear una Liga para el conjunto blanco, y está a punto de levantar la 34 gracias al giro de 360 grados que dio.
Agresividad defensiva
22. Esa es la cantidad de veces que los porteros del Real Madrid han acudido a las mallas para recoger un balón de dentro de la portería. Si hay una característica que puede poner en valor Zidane es la de la solvencia defensiva de su plantilla como la principal fórmula del éxito de esta Liga. Menos goles en contra, más facilidad para ganar los partidos.
El técnico francés puso énfasis en que su plantilla redujera la cantidad de tantos recibidos para paliar la falta de gol en el equipo en comparación a su anterior etapa. En su regreso ya no tendría a Cristiano Ronaldo de su lado, el mejor anotador de la historia, por lo que tenía que inventar un nuevo modelo que, sin ánimo de encontrar los goles que se perdieron con su salida, pudiera competir por el título.
Prioridad a Courtois
Y Zidane miró a la portería. Y se encontró con que tenía a dos grandes porteros: Keylor Navas, con tres Champions League a sus espaldas y con la confianza de la anterior etapa, pero que tampoco aseguraba muchas porterías a cero o Thibaut Courtois, con la vitola de los premio Zamora que recibió en el Atlético de Madrid, pero sin la sensación de tener el respaldo del cuerpo técnico. Eso hizo el francés con el belga, tener el gesto que cambiaría al flamenco.
Navas se iría en el último día de mercado de fichajes y Courtois se quedaría como el principal portero del equipo. La respuesta del meta tardaría en llegar, ya que la misma desconfianza de esos meses que se citaban anteriormente se trasladó sobre su figura. Pero, en este 2020 su efectividad ha sido tal que los blancos sólo han encajado 10 goles en contra en los partidos del campeonato nacional.
La confianza de Karim
Pero el fútbol son goles y de nada sirve dejar la portería a cero sin que puedas poner la diferencia en el marcador. Una delantera con la nómina de Eden Hazard y Gareth Bale, a los que se les sumaba el nombre del prometedor Luka Jovic y con el desparpajo de los Vinicius Jr. y Rodrygo Goes, parece suficiente para cumplir con la máxima. Pero los problemas físicos, los deportivos y el grado de la experiencia entraron en juego para que la ecuación no pudiera salir.
La solución para despejar la 'x' del gol la encontró Zidane en Karim Benzema. El galo ha roto a goleador tras la salida de CR7 y, si en esa media temporada que dispuso Zidane para volver a adaptarse ya demostró 'El gato' que arañaba las porterías, este año no se ha quedado atrás. 19 tantos con los que ha puesto contra las cuerdas al mismísimo Leo Messi en la pelea por el pichichi.
La calma con los jóvenes
Karim también ha servido para dar la mejor adaptación posible a las dos grandes perlas ofensivas que tiene el Real Madrid. Rodrygo y Vinicius no han podido tener mejor maestro de ceremonias mientras dan sus primeros pasos en la élite que el de Lyon. Poco a poco, los brasileños se establecen en el once titular y marcan la diferencia en los partidos.
Sobre todo esto último lo está haciendo Vinicius Jr. Tras el confinamiento y también antes del parón por el coronavirus ha sido vital para sacar adelante marcadores complicados como el de El Clásico en el que se presentó ante todo el Santiago Bernabéu como futuro líder del equipo que en el presente ya resuelve choques.
Esa paciencia también se ha notado con los Eder Militao, que se ha coronado en esta última semana y que tendrá en Manchester su reválida, y Ferland Mendy, la apuesta personal de Zidane que le ha robado protagonismo a Marcelo. Pero hay un nombre más que merece reconocimiento a parte.
La revelación de Fede
Fede Valverde ha surgido como la gran estrella emergente de la plantilla. Un jugador con el que parecía no contarse en verano se ha revalorizado hasta ser una de las principales promesas del panorama futbolístico europeo. El uruguayo transformó con su mera presencia a ese Real Madrid tosco y sin brillo a partir de que este centrocampista empezó a tener continuidad.
El de Montevideo se hizo un hueco entre el tridente que ha dado la gloria a Zidane (Casemiro-Kroos-Modric), provocó dudas sobre la continuidad de alguno de ellos y, sobre todo, fue un soplo de aire fresco en cuanto a intensidad, actitud y energía que contagió al resto. Su gesto en la final de la Supercopa autoexpulsándose para impedir que Morata marcase nunca será olvidado, como tampoco olvidará él La Liga en la que Zidane le destapó como estrella.
[Más información: La Liga de Zidane, el hombre récord del Real Madrid: un título cada 19 partidos como entrenador]