Como dijo Vinicius tras el partido, un empate nunca es bueno para el Real Madrid. El conjunto blanco se llevó varias noticias regulares del Ciutat de Valencia después de firmar las tablas en el marcador gracias a las brillantes acciones del brasileño en la segunda mitad. Pero en la primera el equipo demostró un nivel de juego muy brillante, dejando satisfecha a la afición hasta ese instante con el 0-1 que imperaba en el marcador al descanso. Y si alguien tuvo culpa de esto fue Isco Alarcón.
El malagueño volvió a disfrutar sobre un terreno de juego como no acostumbraba a hacerlo prácticamente desde antes de la pandemia de la Covid-19. Fue en ese partido ante el Manchester City que los blancos terminaron perdiendo en el Santiago Bernabéu donde el malagueño vio portería. Este domingo no necesitó hacerlo ante el Levante para dejar una sensación de resurrección entre la afición blanca. Todos coincidieron al señalar que fue uno de los mejores del Real Madrid en la noche que se complicó durante la segunda parte.
Hasta ese momento, Isco estaba dejando detalles de calidad de su mejor versión. El jugador andaluz era dueño y señor del centro del campo, con conducciones que recordaban a otra época y con toques de balón que siempre estuvieron en su baraja pero hacía tiempo que no sacaba. El jugador que estaba en la puerta de salida del Santiago Bernabéu un año más dejó claro durante su primera titularidad que está en condiciones de dar mucho al equipo merengue en esta temporada.
De mantener el nivel que demostró con el balón en los pies durante los minutos en los que estuvo en el campo, todo parece confirmar que el trabajo de Carlo Ancelotti y, sobre todo, Antonio Pintus ha devuelto la mejor versión de un jugador con magia en sus botas al Real Madrid. Lo segundo tendrá que esperar todavía, ya que si abandonó el campo cuando todo el mundo esperaba que siguiera sobre el campo es porque no estaba preparado para completar el encuentro.
Da con la tecla
El técnico italiano e Isco guardaban buenos recuerdos de su primera etapa en el banquillo merengue. Fue una pieza trascendental en la temporada de La Décima y encarriló la carrera del andaluz situándole en una posición ventajosa para potenciar su juego. En este nuevo Real Madrid, Ancelotti cree que Isco es capaz de adaptarse a la posición de interior de forma defintiva. Para muestra está el número de recuperaciones que hizo el malagueño ante el Levante: cuatro, solo superado por las cinco entradas satisfactorias de Eder Militao.
El contexto que le colocó Ancelotti con Casemiro y Valverde a su lado ayudaba a liberar de esa carga al malagueño, pero, lejos de escaquearse de las labores defensivas, Isco se puso el mono de trabajo también. El italiano quiere contar tanto con el malagueño como con Asensio para ese puesto, sobre todo con las bajas de Modric, que se perdió el último encuentro, y la de Kroos, con una recuperación más incierta.
El trabajo durante toda la pretemporada con Isco ha resultado satisfactorio para el cuerpo técnico. El regreso del preparador físico que lideró al equipo durante la fase más gloriosa de la última década y el de un entrenador que sintoniza muy bien con los jugadores está llenando de ilusión al madridismo con determinados jugadores. El malagueño es un ejemplo más y solo el desorden defensivo de la segunda mitad evitó que esta exhibición del '22' del Real Madrid tuviera una repercusión más positiva. Aún así, hay motivos para el optimismo con un jugador de 29 años que parecía completamente perdido.
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