Solo dos partidos ha necesitado el joven que hace unos meses estaba señalado para despejar dudas. Tenía ganas y actitud. Cumplía cuando salía al césped. Sin embargo, ese brasileño en el que se habían puesto tantas esperanzas defraudaba cuando llegaba a los últimos metros del área. Vinicius tuvo que enfrentarse a la realidad de estar en el Real Madrid, pero tras una pretemporada clave, el atacante ha cambiado por completo el guion de su película.
Vini Jr. acumula ya tres goles en tan solo dos partidos. Dos encuentros en los que, además, no ha contado con el puesto de titular. Un cambio manejado por Carlo Ancelotti en el que puede estar la clave del éxito. Su velocidad nunca se ha echado en falta y, por lo visto en estas jornadas iniciales, han funcionado como el revulsivo perfecto para el Real Madrid. Tanto que el brasileño compite a este ritmo por el Pichichi de La Liga con un gol cada 18 minutos en el terreno de juego. Una barbaridad cosechada con apenas 55 minutos disputados en lo que va de competición.
El camino, pese a la buena recompensa actual, no ha sido nada sencillo. Encontrar el gol era una cuenta pendiente del brasileño y una obligación para Ancelotti. Si bien su puesto en el Real Madrid nunca corrió peligro, pues en la entidad merengue no contaban con ponerle en el mercado, sí que estaba obligado a dar un paso al frente. Más todavía teniendo en cuenta que esta temporada tendrá a Bale y Hazard peleando por ser los acompañantes de Benzema. Y Ancelotti iba a ser su apoyo.
El italiano ya lo dejó claro el mismo día de su presentación. Mientras los rumores sobre fichajes de delanteros se convertían en una lluvia de nombres en las oficinas del Real Madrid, Ancelotti era claro: había plantilla. Y, sobre todo, había Vinicius. "Benzema tiene que marcar en vez de 30, 50; Vinicius tiene que marcar más goles... y también los otros. Todos deben marcar más", apuntó el entrenador blanco, que semanas después está obteniendo respuesta.
Comenzó entonces un plan para que Vinicius acabara con ese bloqueo. Más trabajado en entrenamientos, mucha concentración para perfilar esa definición que tanto se le estaba resistiendo al brasileño. Y también confianza plena para que el atacante no renunciara a superarse. No fue ni a los Juegos Olímpicos para estar plenamente involucrado en la dinámica del equipo merengue. El éxito empieza a llegar y Vinicius lo sabe.
"Estamos entrenando mucho para hacer desmarques", desveló al término del partido. La conexión con su compatriota y amigo Casemiro puede ayudarle. Pero, por encima de todo, la exigencia no baja: "Voy a seguir trabajando para dar muchas alegrías al Real Madrid. Sigo trabajando no solo la definición, también lo táctico y técnico para ayudar al equipo".
El primer paso
El curso pasado ya se planteaba como el de la confirmación de Vinicius. Y lo fue en parte, pues pese a la falta de puntería en ataque, Zidane mantuvo su confianza plena en el brasileño. Vinicius acabó entre los más habituales del Real Madrid, superando los 2.700 minutos en toda la temporada y rozando las 50 presencias diferentes con la entidad merengue. Una representación que tuvo su culmen en aquel partido de Champions contra el Liverpool.
Ese duelo, en Valdebebas y con mucho en juego, pudo ser el primer paso de Vinicius para consagrar su figura en la capital. Desbordante como siempre, pero acertado como nunca de cara a gol. Un doblete del brasileño acercó al Real Madrid a las semifinales de la Champions y le sirvió para demostrar que estaba preparado. Su actuación, sin embargo, se desinfló poco después y no volvió a repetir tal exhibición.
Vinicius finalizó con seis goles en todas las competiciones. Un promedio de un gol cada 454 minutos sobre el terreno de juego. En dos jornadas, saliendo desde el banquillo y sin alcanzar los 60 minutos sobre el césped en La Liga, Vinicius ya ha visto portería en tres ocasiones para situarse como referencia ofensiva del Real Madrid.
[Más información - Isco, la incógnita del Real Madrid: su difícil situación en el mercado y la apuesta en duda de Ancelotti]