Vinicius Jr. ya no es una promesa ni un sueño, sino una realidad. El delantero brasileño de 21 años se ha consagrado en el Real Madrid y ha fijado la temporada 2021/2022 como la de su salto definitivo al panorama mundial. Su fichaje cuando aún era un adolescente desconocido para el gran público ha cobrado más sentido que nunca y sus números le sitúan entre los mejores delanteros del fútbol europeo. El camino no ha sido sencillo y los cuidados del club merengue han resultado eficaces.
El atacante comenzaba el curso consciente de la presión a la que se le iba a someter. Ya está más que acostumbrado, pues un fichaje como el suyo nunca pasa desapercibido a nivel mediático. Sin embargo, tras la marcha de Zidane, la llegada de Ancelotti y el no fichaje de Mbappé, su impacto en la zona ofensiva ganaba más importancia aún. El técnico italiano le señaló durante su presentación: debía mejorar sus términos goleadores. Y el brasileño, como si de una apuesta de un amigo más se tratara, asumió el reto hasta cumplirlo semanas después.
Vinicius ha conseguido ya cinco dianas en seis partidos con el Real Madrid. Y eso que ha tenido que batallar su presencia en el once con estrellas como Eden Hazard o Gareth Bale, quienes apuntaban a titulares de Ancelotti a principios de campaña. De hecho, su primer varapalo llegó en el debut liguero, cuando tuvo que asumir su puesto de suplente. Un escenario que el propio Vini transformaría en una oportunidad para lucirse. El Real Madrid goleó al Alavés con 1-4 y Vinicius se estrenó en apenas 24 minutos sobre el césped.
La casualidad siempre puede perseguirle a un jugador. Vinicius debía apartar esa idea para confirmar la teoría de su evolución. Y lo hizo. El infierno del Ciutat de Valencia tuvo poca luz, pero toda ella arrojada por el propio Vinicius y su doblete para el 3-3 definitivo. Otra vez saliendo como suplente y sumando tres dianas en apenas 55 minutos en total. Vinicius llegó a promediar por aquel entonces un gol cada casi 20 minutos en el césped. Una cifra bárbara e imposible de mantener.
Paradojas del fútbol, la recompensa de la titularidad ante el Betis le dejó sin ver puerta, aunque con una influencia clave en el único gol del partido. Llegó entonces el Celta y su gol, la buena actuación ante el Inter saliendo desde el inicio y su aparición clave, también disputando los 90', en la remontada merengue en Mestalla. Una trayectoria que le ha dejado con prácticamente 400 minutos de juego con la camiseta merengue y un promedio de un tanto cada 80 minutos en el césped -si se sumaran sus asistencias, sería una aparición clave cada 57 minutos-.
Los datos hablan y Vinicius, sonriente, celebra. Se sabe superior al Vini de la temporada pasada. Entiende que ahora el público no tiene dudas. Nota, como si del mayor depredador de la sabana se tratara, el miedo de cada defensa que se le encara. Si le buscan para el uno contra uno, habrá falta o regate. Si le dejan libertad para no caer en la trampa, habrá centro perfecto al área. El curso acaba de empezar, pero de continuar así, Vinicius estará con los referentes del continente.
El brasileño mejora ya a estrellas del fútbol Champions. En el PSG, por ejemplo, ninguno del tridente ha conseguido datos similares a Vinicius. Ni Messi, que aún no ha marcado, ni tampoco Neymar (un tanto cada 246') ni Mbappé (un tanto cada 143'). Tampoco en la Premier le mejoran estrellas como Lukaku, que promedia un gol cada 113 minutos con el Chelsea. Otros líderes en ataque como Chiesa en la Juventus, Suárez (un tanto cada 319') o Correa (un tanto cada 126') en el Atlético o Depay (un tanto cada 180') en el Barça también se quedan muy atrás.
El horizonte más cercano del brasileño es Cristiano Ronaldo, ídolo en el Real Madrid y del propio Vinicius. El luso, en su nueva etapa en el Manchester United, ya ha sumado cuatro goles para un promedio de un tanto cada 71 minutos. Le mejora Haaland, que baja hasta los 65' por gol y, en la cumbre, un veterano como Lewandowski con una diana por 52 minutos en el césped, según los datos de Transfermarkt.
Fichaje contra el Barça
Muy lejos queda el mes de mayo de 2017. El Real Madrid había ganado recientemente La Liga y, para celebrarlo, hacía oficial un fichaje que ya se daba por hecho. Vinicius Jr., un joven atacante de 16 años, se quedaría en el Flamengo hasta cumplir la mayoría de edad, cuando sería libre para enrolarse en la disciplina merengue. Lo hizo a cambio de cerca de 45 millones de euros, una cantidad que en su día fue muy criticada al pagarse por un jugador tan joven. El tiempo ha hecho cenizas esas teorías de la sobredimensión del jugador.
El Real Madrid tuvo que hacer el esfuerzo de poner sobre la mesa esa cantidad. El trabajo de Juni Calafat, el ojeador enviado a Brasil para captar el talento más joven, no podía quedar en nada. Y menos teniendo en cuenta que otros clubes estaban apretando para hacerse con sus servicios. Entre ellos el Barcelona, que era consciente del potencial de un Vinicius muchas veces comparado con Neymar por su pronta explosión en la élite del fútbol.
Vinicius estaba concentrado por entonces en el Sudamericano sub17. Sus padres empezaron a analizar las opciones. Viajaron a Barcelona y el club catalán les expuso su oferta. Viajaron a Madrid y el club merengue les enseñó sus instalaciones. Pasó el torneo de selecciones, hasta cinco equipos estaban atentos a la respuesta de Vinicius y el joven le envió un mensaje a uno de sus agentes. "Vamos para el mejor del mundo, Real, papito". La suerte estaba echada: Vinicius había escogido el Real Madrid pese a las propuestas de otras entidades como el Barcelona.
Introducción con el Castilla
El morbo del fichaje de Vinicius por el Real Madrid se multiplicó tras conocerse la intrahistoria de su "no" al Barcelona. Era una razón más por la que cuidar hasta el más mínimo detalle de su incorporación al Real Madrid. Entre lágrimas dejó el Flamengo, llegó a España para probarse con el Castilla y comenzó a tener sus primeros contactos con el primer equipo. El infierno de presión al que se iba a someter acababa de comenzar.
Vinicius era el centro de atención en los partidos del filial. Tanto que las faltas sobre el brasileño eran recurrentes. La tensión llegó a tal punto que llegó a ser agredido por un jugador del Atlético, que le mordió la testa durante una pugna en el césped. Las imágenes fueron muy polémicas y el canterano colchonero emitió una carta de disculpas reconociendo su error. Sin embargo, era un reflejo más del seguimiento que se hacía a ese joven delantero que basaba su juego en la velocidad y el regate.
El Real Madrid le cuidó, manteniendo una constante calma tanto en su ascenso al primer equipo como en la exposición a las cámaras. Pocas entrevistas y alejarle de cualquier polémica. Todo un blindaje acompañado del apoyo de otros compatriotas de referencia en el equipo como Casemiro. La mala fama del jugador brasileño es por todos conocida en España aunque los tiempos hayan cambiado. Y con Vinicius se borró esa imagen pasada de jugadores fuera de forma o con problemas extradeportivos.
Siempre sonriente, siempre apostando por su continuidad en el Real Madrid. Lopetegui desconfió ligeramente, Solari le dio la oportunidad, Zidane le catapultó hasta el estrellato y Ancelotti le ha puesto en la tesitura del liderazgo del Real Madrid. Una evolución paulatina y acertada en la que Vinicius ha mantenido la misma actitud de superación. El club se cerró en banda este verano ante los rumores de una venta en una muestra de su confianza en Vinicius. Y, con contrato hasta 2025, solo falta por saber con qué cifras llegará a tal fecha.
Vinicius, al que se puso en duda por costar 45 millones de euros, llegó a estar valorado en 70 millones en 2019 según el portal Transfermarkt. En este inicio de temporada se ha situado como uno de los mejores goleadores del Real Madrid y del panorama continental. Alejado de las lesiones, el brasileño quiere convertirse en una futura leyenda de la entidad madridista.
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