Nasser Al-Khelaifi y Leonardo perdiendo la cabeza en los entresijos del Santiago Bernabéu, Kylian Mbappé despidiéndose de su sueño de la Champions League y Neymar y Gianluigi Donnarumma llegando casi a las manos en el vestuario. El PSG queda destrozado tras la épica remontada del Real Madrid y no hay ahora mismo quien lo arregle.
Lo de Al-Khelaifi y Leonardo contra los árbitros fue muy comentado durante la noche del miércoles, pero pasó más inadvertido otro violento incidente que sucedió en el estadio. Fue en el vestuario del PSG, en concreto, donde la mayoría de los futbolistas no podían creer que dejaran escapar el 1-0 de la ida y otra ventaja de 0-1 en la vuelta hasta el minuto 60.
En busca de culpables, Neymar lo hizo con el portero Donnarumma. El brasileño, una estrella que se ha ido apagando en París, al parecer, recriminó al guardameta italiano su fallo en la acción que acabó con el primer gol de Benzema. El delantero francés presionó al portero, el balón salió despedido y lo recogió Vinicius para dar la asistencia a su compañero.
Pues esa jugada sacó de sus casillas a Neymar tras confirmarse la eliminación del PSG. Se lo echó en cara a Donnarumma, pero este no se calló y contraatacó recordándole al brasileño que una pérdida suya desembocó en el segundo gol del Real Madrid. La discusión fue a más entre el delantero y el portero que pudieron llegar a las manos hasta que en el vestuario intervinieron para evitar un caos mayor.
Una escena bochornosa
La imagen ofrecida por el PSG tras el partido fue de no saber perder, antideportiva. Pochettino señaló a los árbitros del partido, pero eso fue nada al lado de los bochornosos actos de las dos caras visibles del proyecto parisino: Nasser Al-Khelaifi y Leonardo. A gritos se marcharon del palco y se dirigieron a la zona de vestuarios en búsqueda de los colegiados. Lo que ocurrió después será investigado por la UEFA.
Al-Khelaifi asaltó por error la caseta de Mejía Dávila, delegado del Real Madrid, y luego fue a por los árbitros a golpes contras las puertas. Hasta un banderín de un asistente acabó roto por la trifulca. La escena fue grabada por algún empleado del club blanco que fue amenazado de muerte por Al-Khelaifi y luego Leonardo le exigió que borrara las imágenes. Esperpento del club dirigido desde Catar.
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