La humillación histórica del Bayern de Múnich al Barça quedó reflejada en las ondas a través de RAC1. La radio catalana narró el encuentro de los cuartos de final de la Champions League que se disputó en el Estadio Da Luz de Lisboa y que acabó en una goleada jamás vista en una ronda similar: 2-8 en contra del conjunto entrenado por Quique Setién.
Los comentarios durante la retransmisión iban encaminados sobre todo por las decisiones que tomó en la previa del encuentro el entrenador cántabro. Aunque también los errores de los jugadores fueron motivo de crítica para los comentaristas que, en directo, estaban presenciando una debacle que ni ellos mismos encontraban palabras para describir.
Durante la primera parte se temía lo peor. Cuando se terminó rompiendo el partido del lado de los alemanes, todo el barcelonismo veía como la goleada alemana era una realidad que se podía terminar dando. Error tras error, la apatía que se presenciaba en los jugadores del Barça no era nada halagüeña y, en la segunda mitad, se confirmaron esas sensaciones negativas.
La decepción entre los comentaristas de RAC1 era más que evidente. El descalabro que supusieron los últimos goles, marcados de hecho por Coutinho, un jugador en propiedad del conjunto culé, hizo entrar en histeria a todas las personas dentro de la cabina desde la que retransmitían el encuentro. Se pedían cabezas desde esta noche ya, mientras Bartomeu no tomaba decisiones esta noche tras lo declarado en Movistar+.
Solo cabían palabras de rabia. Los comentaristas veían los goles de Perisic, Muller, Gnabry, Kimmich, Lewandowski y Coutinho, mientras que los azulgranas no podían hacer otra cosa que bajar los brazos en una actitud impropia para un club como el Barça. La pérdida de respeto de la plantilla a la imagen del club fue evidente. El club catalán ha tocado fondo con esta noche.
"Increíble", "lamentable", "¡que se vayan!"; estos mensajes eran los que se escuchaban mientras al narrador principal no le quedaba más que seguir cantando goles bávaros. La superioridad alemana y la inferioridad culé eran tan evidentes que el silencio era suficiente para explicar lo que sucedía. Una imagen vale más que mil palabras y en esta ocasión, no se podía decir nada más.
Otra humillación
Esta humillación ha sido de dimensiones más grandes que las de Roma o las de Liverpool. Pero es evidente que son un cúmulo que hace un globo más grande y que esta noche ha estallado. La afición azulgrana no aguanta más con esta directiva y, tras esta actuación, tienen que haber represalias y gestos para hacer evidentes los cambios que se han pedido desde todos lados.
La realidad evidencia que la cabeza de Bartomeu tiene que caer ante una situación que no es que deje tocada a su gestión, es que es tan singular que no le queda más remedio que dar un paso al lado o convocar elecciones. El guirigay que le quedará al que venga va a ser muy serio ante una situación con jugadores muy difíciles de vender para buscar también cambios en la plantilla.
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