Total rechazo internacional a la proclamación de la república catalana
La proclamación de la república catalana aprobada este viernes por el Parlamento catalán ha sido recibida en la escena internacional con una oleada de rechazo y, de manera simétrica, de apoyos a la integridad territorial y la soberanía españolas.
El primero en reaccionar ha sido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ha avisado en su cuenta de Twitter de que "nada cambia" para la UE y que España sigue siendo el "único interlocutor" para el bloque comunitario.
El presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, incluso ha avisado de que "nadie en la Unión Europea va a reconocer" una declaración "contraria al Estado de Derecho", a la Constitución española y al Estatuto de autonomía catalán, "que son parte del ordenamiento legal de la UE".
También ha respondido con rapidez el Departamento de Estado norteamericano, afirmando que "Cataluña es una parte integral de España" y, por este motivo, "apoya las medidas constitucionales del Gobierno español para mantener a España fuerte y unida". "Estados Unidos mantiene una gran amistad y una afianzada alianza con España, aliado de la OTAN", ha añadido en un comunicado.
Las declaraciones de apoyo al Gobierno español y de rechazo a la declaración unilateral de independencia se han sucedido rápidamente desde otras capitales europeas. Muchos han pedido diálogo y rebajar la tensión, pero añadiendo siempre que en el marco constitucional español.
Así lo ha hecho el Gobierno alemán, que ha recalcado que "la soberanía y la integridad territorial de España son y permanecen inviolables" y ha expresado su preocupación por la nueva vulneración de la Constitución.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha dado su "pleno apoyo" al jefe del Gobierno español para "hacer respetar" el Estado de Derecho, en declaraciones desde Guyana. Desde allí ha hablado también el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que ha pedido "evitar las fisuras" porque Europa no necesita "otras fracturas".
Por su parte, un portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, ha dejado claro que Reino Unido no reconocerá la declaración de independencia de Cataluña porque se basa en una votación que fue declarada ilegal y ha pedido respeto a la unidad de España y el Estado de Derecho.
El ministro italiano de Exteriores, Angelino Alfano, ha expresado una "firme condena" de la declaración unilateral de independencia y la ha calificado como "un gesto gravísimo y fuera del marco de la ley". Desde el vecino Portugal, el primer ministro, Antonio Costa, ha expresado su "total solidaridad en la defensa del principio constitucional de la unidad de España".
Estonia rechaza la declaración
Estonia, uno de los países que los independentistas catalanes dicen querer emular, ha dejado claro que "apoya la integridad territorial y la unidad de España". "Los asuntos internos deben ser resueltos conforme a la Constitución y las leyes", en palabras de su primer ministro, Juri Ratas.
Fuentes oficiales de este país, que ocupa la Presidencia de turno de la UE, han recalcado que España es un país democrático y que tanto el referéndum como la declaración de independencia vulneran la Constitución española.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha apelado a una solución "dentro del marco constitucional de España".
También se han apresurado a rechazar la declaración países como Chipre, cuyo Gobierno ha condenado "la violación de la legalidad" y ha llamado a respetar la unidad y el orden constitucional español. "Sobre la base de estos principios universales y del Derecho europeo, Chipre no reconoce la declaración unilateral de independencia", ha dicho en Twitter el Gobierno chipriota, un país cuya mitad norte está en manos de Turquía.
Desde Praga, el Ministerio de Exteriores ha dicho que "República Checa apoya inequívocamente el respeto a la Constitución como ley básica de cualquier Estado democrático, que garantiza los derechos y libertades de todos los ciudadanos".
También el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Pavlo Klimkin, ha expresado el apoyo de su Gobierno a la integridad territorial y a la soberanía de España y también a las medidas que adopte el Gobierno para resolver la crisis.
En Iberoamérica, la primera reacción ha llegado desde Colombia, donde el presidente, Juan Manuel Santos, ha insistido en que quiere "una España unida" porque es lo que "al mundo le conviene".