Escáner, detector de metales... todas las medidas que se tomarán para que no se grabe la exhumación de Franco
El Gobierno instalará un escáner y un detector de metales para que nadie pueda grabar imágenes o sonido en los actos de exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos y su posterior inhumación en el cementerio de El Pardo Mingorrubio el próximo jueves 24 de octubre, han informado este lunes fuentes del Ejecutivo.
Con esta medida, el Gobierno quiere garantizar el cumplimiento de las condiciones incluidas en su acuerdo del 15 de marzo, en el que estableció que no se permitiría la captación de imágenes ni sonido en la exhumación y posterior reinhumación del dictador.
De manera que los 22 familiares de Franco (nietos, cónyuges y bisnietos, entre ellos Luis Alfonso de Borbón) que han confirmado que estarán presentes en los actos, así como las autoridades y operarios que participarán en la operación habrán de pasar por un detector de metales y sus pertenencias por el escáner.
Como medida de seguridad adicional, se levantará una carpa sobre la tumba del dictador en la Basílica del Valle a la que sólo podrán acceder dos familiares (José Cristóbal Martínez y una segunda persona que aún debe comunicar la familia) los operarios de la empresa funeraria que participen en los trabajos (entre cuatro y seis), un forense y las autoridades del Estado presentes.
La máxima autoridad gubernamental que estará en los actos de exhumación e inhumación será la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que actuará como notaria mayor del Reino y por tanto levantará acta. Estará acompañada del secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y del subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.
Para levantar la losa de la lápida actual del dictador, que pesa 1.500 kilos, se usará un gato hidráulico. La lápida será trasladada posteriormente por una grúa fuera del Valle de los Caídos y el Gobierno se encargará de que se lleve a un lugar donde nadie pueda visitarla.
Los restos del dictador están en una caja de zinc sellada, introducida a su vez dentro de un ataúd de madera. En función de cómo se hayan conservado, los operarios los sustituirán o no por otros. Lo más probable, según la información de la que dispone el Gobierno, es que al menos la caja de zinc esté en perfecto estado. En este caso, la caja no sé abrirá dado que en 1975 el entonces notario mayor del Reino dio fe de que en su interior se había introducido el cuerpo de Franco. Aunque no existe certeza de ello, se cree que el cadáver del dictador está si no embalsamado, sí bien conservado.
Uno de los elementos que hacen pensar que el féretro se conserve en buen estado es que la actual tumba está cubierta por hormigón y plomo, lo que debería haber funcionado como protección frente a corrientes subterráneas de agua.
A petición de la familia, el prior de la Basílica del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, bendecirá los restos cuando estos salgan de la carpa, pero ningún monje benedictino más podrá estar presente en el interior de la Basílica en ese momento. El Gobierno calcula que la exhumación podrá llevar entre una hora si todo discurre bien a un máximo de tres horas si surge alguna complicación.
El féretro será sacado de la Basílica a hombros por los familiares de Franco hasta la explanada del Valle, donde esperará el coche fúnebre a unos 300 metros de distancia. No se les permitirá cubrir el ataúd con bandera alguna, como habían solicitado, ni tampoco se rendirán ningún tipo de honores.
Para el traslado del féretro a Mingorrubio, la primera opción que contempla el Gobierno es la del helicóptero, siempre que la visibilidad ese día sea buena y las condiciones de viento también favorables (la lluvia es indiferente), lo que no se podrá saber con una mínima exactitud hasta 48 o 24 horas antes. En cualquier caso, el Gobierno asegura que la exhumación, que se iniciará a las 10.30 horas, no sé verá retrasado por la meteorología. El helicóptero es la opción que recomendó la Guardia Civil, por motivos de seguridad, y también porque esa fórmula evita incomodidades a la ciudadanía, ya que el traslado por carretera requerirá cortar el tráfico en algún momento lo que derivará en atascos en una vía, la AP6, siempre muy transitada.
El Ejecutivo está tomando todo tipo de precauciones para que nada falle ese día, como demuestra el hecho de que serán dos los helicópteros Súper Puma del Grupo 45 del Ejército del Aire movilizados en el recinto del Valle por si uno fallase.
Si el tiempo no lo permite, el traslado se hará por carretera, lo que elevaría el viaje a Mingorrubio a unos 30-40 minutos frente a los 10-15 minutos que ofrece la aeronave . En el traslado acompañará al féretro, en representación de la familia, su nieto Francis Franco, así como la ministra de Justicia y alguna otra autoridad del Estado más.
Misa y símbolos, solo en Mingorrubio
Ya en Mingorrubio, y dentro de lo que el Gobierno entiende como una ceremonia íntima de enterramiento, a petición de la familia habrá una misa que oficiarán el prior Cantera y el sacerdote Tejero, hijo del militar golpista del 23-F.
En el interior del panteón la familia sí que podrá cubrir el ataúd con las banderas o elementos que quiera. Y es que el Ejecutivo subraya que ese espacio es un panteón familiar, aunque la titularidad del edificio sea de Patrimonio del Estado.
TVE en régimen de pool retransmitirá la señal desde la explanada del Valle, ya que al resto de medios de comunicación sólo se les permitirá estar en la puerta de entrada al Valle. Lo mismo ocurrirá en Mingorrubio, dónde sólo TVE y fotógrafos de EFE podrán aproximarse al panteón.
Toda la operación de exhumación, traslado e inhumación tiene un coste que el Gobierno calcula en 63.061,40 euros. Lo más costoso ha sido adecuar el panteón de Mingorrubio con la instalación de una puerta blindada, unas nuevas rejas en ventanas y la construcción de una nueva losa, que ha supuesto un gasto que supera los 39.000 euros.
El Gobierno sostiene que el panteón de Mingorrubio ofrece mayores condiciones de seguridad que la cripta de la catedral de La Almudena, donde está enterrada la hija del dictador y donde sus nietos querían trasladar sus restos. Y es que el panteón permanece cerrado al público y la tumba de Franco no se ve desde el exterior, pues está en la cripta, mientras que en La Almudena los visitantes puedan pisar las lápidas.
Por motivos de seguridad, el Ejecutivo preservará la identidad tanto de la empresa funeraria contratada para la operación y del forense para evitar que reciban amenazas por parte de grupos de ultraderecha, como las que ya han recibido diversos miembros del Gobierno.