Acaba el cole y empiezan las vacaciones: consejos de una psicóloga para organizarse, disfrutar y evitar conflictos
Las vacaciones de verano ya han comenzado para los más de 400.000 alumnos que estudian en los colegios e institutos de Castilla-La Mancha. Un descanso muy merecido después de haber completado, con éxito en la mayoría de los casos, un curso marcado por la pandemia de coronavirus y que, gracias a la responsabilidad y compromiso de toda la comunidad educativa -mascarillas, ventilación y distancia social mediante-, se ha podido sacar adelante de una manera mucho más positiva de la que cualquiera imaginaba el pasado mes de septiembre, cuando arrancaron las clases con la incertidumbre de no saber si la presencialidad iba a poder garantizarse.
A partir de ahora los niños y niñas de Castilla-La Mancha disfrutarán de tres largos meses de inactividad escolar, lo que obliga a la inmensa mayoría de las familias a replantear rutinas, cambiar horarios y encontrar fórmulas para que los más pequeños de la casa estén atendidos -y entretenidos- el tiempo que hasta este momento pasaban en el centro educativo. En definitiva, un periodo de cambios que genera dudas e inquietud a muchos padres y madres, sobre todo a aquellos que trabajan y que ven que la conciliación de la vida familiar y laboral se les complica porque sus vacaciones no son tan extensas, ni mucho menos, como las de sus hijos.
Para afrontar de la manera más acertada posible la nueva situación que provoca la finalización del curso escolar, la psicóloga toledana Vanessa Gangoso Pérez, experta en terapia familiar sistémica y crianza consciente y emocional, además de facilitadora de disciplina positiva para familias, parejas y primera infancia, recomienda aprovechar el verano para "volver a encontrarnos como familia" y "tomar la perspectiva que perdemos durante el curso navegando entre obligaciones y estrés". "Observa a tus hijos, escúchalos, conoce acerca de sus inquietudes, de lo que están aprendiendo, de lo que sienten. Para, dedícate y dedícales tiempo y presencia. Dejemos a un lado el constante cómo hacen o cómo se portan y digámosles frases como cuéntame más sobre eso o cómo disfruto estando contigo", propone la profesional.
Y es que, según la psicóloga, uno de los aspectos más importantes para que las vacaciones estivales no se conviertan en un problema familiar es la actitud con la que se afrontan: "Si las relacionamos con agobio, estrés por la conciliación, miedos acerca del tiempo libre... nuestra actitud seguramente ya se vea contaminada y no afrontemos con calma e incluso disfrute todos los cambios que supone el verano. Veamos oportunidades donde aparentemente solo vemos problemas. Transmitamos tranquilidad y seamos más flexibles".
Así que, teniendo claro que una disposición adecuada es la base del éxito, Gangoso responde a las preguntas clave que padres y madres se hacen para que el tiempo que resta hasta que las clases se reanuden el próximo mes de septiembre transcurra de la manera más positiva posible y que las dificultades que puedan surgir se resuelvan de forma adecuada.
¿Es bueno fijar horarios durante las vacaciones de verano o mejor ser flexibles?
Las rutinas, los horarios y saber cómo vamos a organizar el día es algo muy favorable para los niños y para los adultos, ya que nos da seguridad. Establecer unos márgenes flexibles es la clave, explicando a los niños que nos levantaremos antes de determinada hora o que dedicaremos un tiempo determinado al ocio fuera de casa, etc. No hay que hacerlo desde una estructura rígida que nos agobie a todos sino desde la importancia de que las necesidades de todos se tengan en cuenta, las de los niños y las de los padres. Esto nos ayudara a practicar sobre los acuerdos, la toma de decisiones, la escucha activa, la cooperación, etc., dejando SIEMPRE espacio a la espontaneidad, a la improvisación y, por qué no, a saltarnos la norma alguna vez si lo merece la ocasión.
¿Cómo hacemos para evitar el temido aburrimiento de los niños?
Hay que perder el miedo a que los niños se aburran, porque si no nos convertimos en sus animadores socioculturales a la carta. El aburrimiento es el que nos lleva a crear, innovar, buscar, a PENSAR, en definitiva. Ahora mismo tienen a su alcance prácticamente de todo y no debemos evitar el aburrimiento ni ir a su rescate rápido dándoles miles de ideas de lo que podrían hacer. Dejemos que ellos desarrollen esa habilidad y vayan aprendiendo a convivir con esa sensación. Así fomentaremos que generen alternativas y resuelvan problemas. Por cierto, el aburrimiento en muchas ocasiones es su forma de decirnos "quiero estar contigo, hagamos algo juntos". Sepamos también escuchar este mensaje encubierto.
¿Deben repasar un rato cada día o es mejor que desconecten por completo?
No soy muy partidaria de los veranos rodeados de cuadernos de actividades. Nuestros hijos están casi diez meses al año "conectados" con aspectos académicos, tareas, fichas, exámenes, etc. Necesitan descansar y disfrutar. Si queremos que repasen o que hagan algo tenermos que ofrecerles actividades realmente motivadoras e interesantes para ellos. Aprovechemos viajes para que aprendan de historia o geografía, juguemos para que repasen matemáticas o lengua, veamos una peli en inglés, seamos creativos para que se interesen por la tecnología o las artes, escuchemos música o leamos libros con ellos...
¿El verano es una buena época para que asuman nuevas responsabilidades en el hogar?
El verano es nos ofrece más tiempo para que conozcan y practiquen sobre la vida diaria. Los conocimientos académicos están muy bien pero sabernos mover por el mundo es muy útil, empoderador y tiene un impacto directo en su estima y en su confianza. Que nos acompañen a hacer la compra y compartamos cómo se hace (elaborar la lista, elegir los productos, pagar, colocar en casa, etc.), que decidan cómo quieren organizar su habitación y se encarguen de ello, que contribuyan a que alguien se sienta bien ayudando, cocinar, etc. Lo más importante es que ellos participen y sientan que su opinión es importante y que se les tiene en cuenta, porque eso les hace ser mucho más cooperadores que si les estamos lanzando ordenes constantemente. El verano es una buena época para establecer estas responsabilidades porque contamos con más tiempo, hay menos prisas y esto nos permite hacer un mejor acompañamiento. Confiemos más en ellos y en sus capacidades; tienen mucho que ofrecer.
El trabajo obligaa los padres a dejar a los niños con los abuelos. ¿Algún consejo para ellos?
Los abuelos tienen que disfrutar a los nietos y no hiperresponsabilizarse de la crianza. Los niños también tienen buena capacidad para entender que las cosas funcionan de manera algo diferente con sus padres y con sus abuelos. De hecho, esas diferencias son las que se convierten en batallitas y anécdotas cuando somos adultos. En muchas ocasiones los padres queremos "dirigir" a los abuelos sobre cómo hacer las cosas. Si bien me parece importante que podamos trasladarles aspectos que son básicos para nosotros y en los que queremos incidir más o ser más firmes para que los tengan en cuenta, también tenemos que respetar la relación que los abuelos establecen con nuestros hijos. Su papel no es el nuestro y por ello pueden permitirse ciertas cosas o ser más laxos con los límites.
¿Qué hacemos si no quiere ir al campamento? Puede negarse muy poco antes de partir...
Lo más importante ante una negativa es el acompañamiento emocional. Si le juzgamos o ridiculizamos sentirá incomprensión y abandono y esto no nos facilitará abordar el problema. Obligarles a disfrutar de algo que no quieren no nos va a dar buenos resultados. Si se niega a ir tenemos que ver qué hay detrás de esa negativa, escuchar lo que tengan que contarnos porque pueden ser miedoso inseguridad. También hay que tener en cuenta cuál es su edad o cómo es el niño (más introvertido o lleno de iniciativa). Si hemos tenido la oportunidad previa de detectar los motivos de su negativa podemos trabajarlo con él y buscar estrategias que le den seguridad o le ayuden a relajarse, anticiparnos e imaginar con el acerca de lo que pasará en el campamento, que no sienta la obligación sino el respeto y la incondicionalidad por nuestra parte para que se sienta más seguro.
Por último, la psicóloga asegura que "el hecho de pasar más tiempo en casa o en familia no es el motivo o la fuente de los conflictos, sino el manejo que hacemos a nivel familiar de estos tiempos". "Evidentemente, compartir más nos hace vivir más situaciones juntos, tanto con hermanos, con padres, con familiares, etc. Aumentan las interacciones y con ellas los momentos de dificultad, pero también los de bienestar, diversión y los que nos enriquecen", finaliza.
Vanessa Gangoso Pérez ejerce como psicóloga en el Centro Essential, que cuenta con una página web y un perfil en Instagram dedicado a la Disciplina Positiva