0-1 | El CD Toledo cae ante el Sanse y se empeña en cavar su propia tumba
El CD Toledo está siguiendo el manual del descenso. Página a página, capítulo por capítulo. Frente al San Sebastián de los Reyes se volvió a ver a un equipo incapaz de hacer frente a la situación que tiene por delante. Superado por las circunstancias y con algunos futbolistas que ignoran la responsabilidad que tienen entre manos. Un cóctel que provoca que, ante cualquier dificultad, el conjunto verde se desmorone como un castillo de naipes. Esa piedra que derribó todo el andamiaje de los capitalinos en el Salto del Caballo fue un tanto en un córner defendido con tibieza que fue imposible de remontar y que puede abocar a los de Miguel Falcón a terminar la jornada en puestos de descenso.
Como en todo naufragio, pueden salvarse cosas. Por ejemplo, un inicio voluntarioso con un disparo al larguero incluido. Tras una buena combinación en la medular la pelota le llegó a Joni Montiel, quien cuajó una buena primera mitad, pero su disparo acabó estrellándose en la que fue la mejor ocasión del CD Toledo en todo el partido. Respondió de forma inmediata el Sanse, con un disparo desde la frontal de Maganto que despejó a córner Alcolea.
Poco a poco la pelea se trasladó al centro del campo, donde salieron victoriosos los verdes. De Lerma se multiplicó para que no le llegara la pelota a Arranz, y a partir de ahí crecieron los locales. Mucho tiempo jugando en campo contrario que, eso sí, no se tradujo en ocasiones clamorosas de gol. De hecho, la siguiente oportunidad hay que encontrarla en una cabalgada de Expósito, que cedió sobre la posición de Figueroa y Usero, que no se entendieron; la jugada no murió porque Obed la rescató y se la cedió a Sergio García. El extremo, que sigue muy impreciso, se pasó de potencia y dirección en el centro, quedando sin rematador una acción que prometía mucho, y se desvaneció... como el propio cuadro verde.
Y es que antes del descanso a punto estuvo el Sanse de adelantarse en un saque de esquina. Mendi le ganó la posición a Expósito y su cabezazo se marchó fuera por muy poco, llevando el susto a la grada y la inquietud al bando toledano. Con todo, al entreacto se llegó con el 0-0 inicial y una sensación de que a los capitalinos les faltaba algo de profundidad para poner en dificultades al portero contrario, un inédito Diego Barrios.
Gol y desastre
En la segunda parte, comenzó el CD Toledo de nuevo con Joni como estilete, con un buen centro que no llegó nadie a rematar por poco. Poco después, fue Usero quien mandó también un buen servicio y por la izquierda De Lerma también habilitó a Obed para que pusiera otra pelota a la zona de castigo. Ninguna de las intentonas halló rematador y el Sanse declaró su respuesta.
Primero, ganaron la banda izquierda para poner un servicio raso al área que Echaide no acertó a despejar; la pelota le quedó muerta a Saúl, cuyo disparo se marchó muy desviado con todo a favor. Poco después, fue Fer Ruiz el que ganó la espalda por el otro costado a la zaga capitalina y, en su intento de vaselina algo forzado, Alcolea desbarató el peligro. Estaba mejor el conjunto madrileño en un su tercer acercamiento Carlitos, que retornó al Salto del Caballo, se coló por el flanco derecho de los locales teniendo que acudir Toño a corregir.
En el córner posterior a esta acción se produjo el desastre para el CD Toledo. Un balón colgado al centro del área, un espacio aéreo que debe corresponder al portero, se saldó con el remate de Fer Ruiz tras no llegar Alcolea a por la pelota. Sacarla bajo palos ya era un imposible para los zagueros y el 0-1 subió al marcador en el minuto 59.
El guardameta capitalino quedó un minuto tendido en el césped y se quejó de una posible falta, pero sólo hay una cosa cierta. Con la situación en la que está el cuadro capitalino, un portero de su talla y por el que tanto se apostó en verano tiene que salir con el cuchillo entre los dientes y llevarse a todos los que le salgan por delante para imponer su ventaja. Con el equipo en riesgo de descenso cada jugada se convierte en una cuestión de vida o muerte, algo que se puede aplicar alguno más en un equipo que sigue sin dar la talla.
De hecho, más allá del 0-1, al CD Toledo le quedaba por delante media hora larga de juego para remediar la situación. Poco antes se habían marchado del terreno un errático Sergio García y un Joni Montiel al que le pesó la amarilla de la primera parte, porque estaba aportando desborde, pero que corría peligro de no terminar ante un colegiado de gatillo fácil. Entraron Tomás, como extremo izquierdo, y un Charly Rodríguez algo frío en sus primeras acciones, en las que dos descuidos le costaron dos pérdidas graves; de nuevo, situaciones impropias teniendo en cuenta la importancia de lo que hay en juego.
Pero el cuadro de Falcón estaba aturdido y le costó reponerse del mazazo. Incluso, pudo llegar el 0-2, pero Alcolea sí estuvo acertado en esta ocasión para impedir que Fer Ruiz resolviera con gol el mano a mano. Cuando despertaron los locales, lo hicieron a través de las acciones de estrategia. Primero, Toño Vázquez remató alto un buen saque de falta; poco después, hizo lo propio Usero a la salida de un córner.
La más clara, no obstante, la tuvo Figueroa. Una buena maniobra le permitió a Charly ganar la línea de fondo, pero su centro, excesivamente fuerte, no pudo ni controlarlo en condiciones ni rematarlo a portería el delantero canario. Fue de lo poco a rescatar en un partido que empezó a perder ritmo con lo cambios, con el debut en casa de Lassad incluido, y en el que se echó en falta más pundonor, al menos, para poner centros al área y provocar situaciones de peligro.
Se consumió el encuentro con el equipo impotente y cosechando otra derrota en casa. De poco vale ganar en Fuenlabrada si luego se fracasa en el Salto del Caballo porque, que nadie se engañe, la salvación está en el feudo propio. Es de libro. Pero parece que el CD Toledo se ha empeñado en seguir el manual de los equipos que descienden y, si no lo suelta a tiempo, tirará por la borda una obra que costó años reflotar. Sin grandes sumas de dinero, por cierto. Sólo a base de trabajo y de un sacrificio del que muchos parecen no ser hoy conscientes.