Mujeres maduras impulsan gran parte de los nuevos negocios creados en Castilla-La Mancha
Cada vez son más las mujeres en Castilla-La Mancha que se lanzan a poner en marcha un negocio, en unos casos porque como consecuencia de la crisis han perdido su puesto de trabajo, porque la edad actúa de barrera a la hora de conseguir un contrato, o simplemente porque al vivir en un pueblo tienen algo más complejo el acceso al mercado laboral y es casi su única opción para el emprendimiento y, aunque abarca todas las edades, es a partir de los 40 años cuando se observa más emprendimiento.
Jescar Namulundu, natural de Uganda (África), se encuentra en esa edad, lleva diez años en España, conoció en Zaragoza a un seguntino que actualmente es su esposo y tras ir a vivir a Sigüenza (Guadalajara) apostó por abrir una pequeña tienda en la calle Mayor en la que vende artesanía de su país. Para ella es importante poder contar con "ayudas" para seguir adelante pero cree que debe reducirse el papeleo porque "hay muchos papeles". Reconoce a Europa Press que en España "se vive mejor, pero se pagan muchos impuestos" y cree que el apoyo que ofrecen las administraciones "siempre nos viene bien y podemos conocer gente".
Otro caso de emprendimiento es el de María José Ramírez, otra castellano-manchega de Corral de Calatrava que lleva treinta años al frente de un negocio de pret a porter con el nombre de Alexandra. Lleva muchos años al frente del mismo y, en su opinión, "no es ninguna barrera ser mujer, pero tenemos que luchar más que los hombres porque tenemos también casa, colegios, reuniones y niños", aunque "si hay ganas, se sale adelante".
A juicio de Rodríguez, las mujeres son "valientes y capaces de tirar hacia adelante" y cree que sería muy interesante que desde las administraciones se realizasen más cursos sobre redes sociales, por ejemplo, "porque es lo que se impone" para visualizarse en el mundo de Internet y "hay todavía muchas mujeres a las que todo esto se les escapa".
Luisa Espada, de Villacañas, tiene una tiendecita de pesca que ha ampliado a ropa de niños; comenzó su negocio ya con más de cuarenta años, cuando había criado a sus hijos, tiene 62 y reconoce que hay momentos duros, pero le gusta e intenta participar en todos los eventos que se organizan para dejarse ver. En su caso, le ayudó su esposo, Juan; y si bien al principio vendía mucho, la crisis afectó a un negocio que ahora compagina con el cuidado de los nietos, y es que ella tiene la tienda debajo de su vivienda y "hay veces que mientras atiendo la comida puedo hacerlo". También pide más apoyo a las administraciones pese a reconoce que las hay "cosa que antes no había", afirma.
Yolanda Fernández hace mermeladas en Cogolludo (Guadalajara); acaba de iniciarse como emprendedora a los 46 años y lo hizo porque vio futuro en ello y gracias al apoyo de su marido y de su gestor, quien le instó a poner este negocio. "Se sobrevive con dificultad, por épocas", afirma, aún reconociendo que "ahora mismo, las mujeres estamos en muy buena época, estamos como muy de moda", en alusión a que hay más ayudas para ellas que antes, que "lo han tenido muy duro".
Es enfermera de profesión pero estaba sobrecargada de ese trabajo y asegura que hoy no se volvería a Madrid, aunque reivindica más ayudas para el emprendimiento como un departamento que las tutele y las aconseje y "que no haya que pagar por todo". Ahora, cuando precisa información, se dirige a un departamento nuevo y aunque no niega que hay algunas subvenciones, reciben la información muchas veces tarde teniendo en cuenta el papeleo que se precisa y "lo que necesitamos es estar apoyados". Ella en concreto va a solicitar una ayuda a la contratación y al autoempleo; le gusta lo que hace, emplea muchas horas pero sigue creciendo porque "cuando te gusta es algo que te supera" y porque además su marido le apoya en todo.
Otro ejemplo de emprendimiento es el de Irene Rodríguez, también con 40 años y vecina de Alovera (Guadalajara). Ella ha diseñado un bolso 'dos en uno' Andone, para facilitar la vida a los padres; un bolso aparentemente corriente para coche de bebé pero del que se puede desplegar una cesta o bolso integrado que también se adapta a las sillas de ruedas por sus sistema de fijación universal. La idea le surgió a raíz de ser mamá y tras quedarse sin trabajo; cree que está gustando y que es práctico. Reconoce que detrás hay mucho esfuerzo y dedicación, y en su caso ella se ha aprovechado de las ayudas que hay para la formación de mujeres emprendedoras, programas en los que también se las orienta para poner en marcha un negocio, dice.
Ayudas al emprendimiento
Tanto desde la Junta de Castilla-La Mancha como desde las diputaciones hay ayudas para el emprendimiento de la mujer. En el caso del Gobierno regional, recuerdan el plan de autoempleo incluye ayudas para que las mujeres autónomas puedan contratar trabajadores durante la baja de maternidad; el asesoramiento que se ofrecen desde los Centros de la Mujer, o la participación en programas europeos para la ayuda al emprendimiento en el medio rural.
También se colabora mediante la puesta en marcha de programas como el programa Adelante, dirigido al autoempleo y se reconoce la labor de las mujeres empresarias a través de los premios que se otorgan a empresas. Pero para el Gobierno regional, y para el Instituto de la Mujer en particular, es también importante el acuerdo suscrito con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, único en España -aseguran-, y las subvenciones que hay para el desarrollo de planes de igualdad en las empresas, incluidas ONG y ayuntamientos.
En el caso de Guadalajara, desde la Diputación se priorizan las ayudas al emprendimiento de la mujer rural. En la última convocatoria del programa Impulsa Mujer han participado treinta y tres municipios y la siguiente convocatoria es para el periodo 2018-2020.