Asaja pide que no se abuse de las zonas de protección ambiental o aumentará el despoblamiento
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Toledo ha reclamado modificaciones en los planes de gestión que afectan a espacios protegidos de las comarcas de la Sierra de San Vicente, valles del Tiétar, Alberche, embalses de Rosarito y Navalcán y Pinar de Almorox, para que sean acordes con las circunstancias económicas, sociales y ambientales de estas comarcas.
De igual modo, ha apelado al sentido común para que el "exceso de políticas restrictivas medioambientales no arruine las posibilidades de empleo y desarrollo económico de la zona y provoquen un mayor despoblamiento en unos municipios que, en algunos casos, han perdido en los últimos 10 años alrededor del 15 por ciento de habitantes".
La presidenta de ASAJA Toledo, Blanca Corroto, ha informado de las trabas que suponen las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zonas Especiales de Conservación (ZEC) de la Sierra de San Vicente, los valles del Tiétar y del Alberche, embalses de Rosarito y Navalcán y Pinar de Almorox para el desarrollo de la actividad agropecuaria en las comarcas afectadas y ha recordado que los planes de gestión dividen el territorio protegido en tres zonas con distintos grados de protección, que implican mayores o menores limitaciones, una zonificación que no está clara, como sí lo está en otras ZEPA, como la de la Mancha Norte.
A este respecto, según ha informado en nota de prensa la organización agraria, Corroto ha demandado al Gobierno regional que clarifique la zonificación para poder informar a los ganaderos y agricultores de las limitaciones que tienen para el desarrollo de su actividad profesional en función de la zona en la que se encuentre su explotación.
Municipios incluidos
La ZEPA y ZEC de la Sierra de San Vicente y demás comarcas incluyen 34 municipios, de los cuales 21 tienen dentro de la ZEPA más del 50 por ciento del término municipal y, en algunos casos, el porcentaje sube a prácticamente toda la superficie, como sucede con El Real de San Vicente y La Iglesuela, con el 97 por ciento de sus términos municipales en zonas protegidas; Navalcán, con el 94 por ciento, Parrillas, el 96 por ciento, Pelahustán, el 90 por ciento, o Montesclaros, Velada y Navamorcuende con más del 80 por ciento.
La presidenta provincial de ASAJA ha recalcado que en estos municipios es muy difícil, a día de hoy, instalar una explotación ganadera, ampliar y hacer mejoras en las ya existentes, realizar cambios de cultivo a producciones leñosas más rentables, instalaciones para generar energía para las explotaciones, o realizar naves, establos y otras edificaciones necesarias para poder desarrollar la actividad agropecuaria.
De igual modo, ha recordado que las nuevas granjas de ganadería intensiva están prohibidas tanto en la zona A como en la B y las extensivas se encuentran con muchas limitaciones.Y es que Corroto ha insistido en que en los pueblos más pequeños y alejados de núcleos urbanos la actividad agrícola y ganadera es uno de los principales sustentos, especialmente la ganadería extensiva de ganado vacuno.
"ASAJA de Toledo defiende que la mejor manera de frenar la despoblación y conservar el entorno natural es apostar por medidas que premien y ayuden a los habitantes de estos municipios y que incentiven que los jóvenes no emigren. Entre estas medidas, el fomento de una agricultura y ganadería sostenibles debe ser prioritario", ha reclamado.