Juan Ignacio de Mesa.

Juan Ignacio de Mesa. Javier Longobardo

Empresas ENTREVISTA

Juan Ignacio de Mesa: "Un bajo nivel intelectual debería ser causa de exclusión para acceder a un ministerio"

El empresario y exalcalde de Toledo acaba de completar su etapa como presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha.

21 junio, 2023 08:17

Juan Ignacio de Mesa (Toledo, 1947) lo ha sido todo en el mundo de la política y de la empresa toledana. Alcalde de la capital castellano-manchega entre 1979 y 1983 bajo las siglas de UCD, fundador de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto), expresidente de la extinta Caja Castilla-La Mancha o de la Real Fundación de Toledo, entre otras instituciones, a sus 75 años sigue al pie del cañón al frente junto a su familia de uno de los negocios más antiguos de la región y más queridos en Toledo: la mítica confitería Santo Tomé, famosa mundialmente por sus mazapanes

Ahora, tras cuatro años presidiendo la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha (AEFCLM), acaba de dejar el cargo por voluntad propia, cediéndole el testigo a Rafael Ruiz. Este martes, durante una emotiva asamblea de la organización empresarial celebrada en Toledo, pidió "optimismo" a la nueva junta directiva, de la que él mismo seguirá formando parte como vocal. "Tenemos que seguir fijándonos metas, todo antes que quedarnos quietos", les dijo a sus compañeros, condensando de una manera telegráfica cuál ha sido su filosofía de vida, en la que valores como el respeto, el diálogo y el consenso han sido siempre protagonistas.

En una entrevista concedida a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM analiza la situación de las empresas familiares de Castilla-La Mancha tras la pandemia, desgrana los principales retos que tienen por delante, critica a aquellos políticos que atacan a los empresarios e incluso da algunos consejos al nuevo alcalde de Toledo, el 'popular' Carlos Velázquez.

Pregunta. ¿Por qué ha decidido dejar la presidencia de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha?

Respuesta. Cambiar de presidente tras un periodo de cuatro años es bueno. La rotación en los cargos siempre es positiva, al menos para no generar cierto aburrimiento en los demás. 

P. Ha estado al frente de la Asociación en una etapa muy complicada, muy marcada por la pandemia y por la invasión de Ucrania. ¿Cómo lo ha vivido?

R. Han sido años difíciles para todos. Nadie se esperaba escenarios tan absolutamente tristes como los que hemos tenido. Fíjese lo que supuso la pandemia, con muchísimas empresas teniendo que cerrar sus puertas. Gracias a Dios, que las plantillas se pudiesen acoger a los ERTE permitió que el empleo se mantuviera, algo que fue bueno y positivo para todos, también para las propias empresas. Imagine lo que hubiese sido que, cuando tuvimos permiso para empezar a reabrir, aunque con limitaciones, nos hubiésemos encontrado sin nuestro equipo de trabajadores, tan necesario, y en unas circunstancias en las que no había tiempo ni de enseñar ni de aprender.

"Han sido años difíciles en los que se ha demostrado la generosidad de la mayoría"

Todos los amigos con los que hablaba estábamos con una hoja de Excel dinámica viendo cuál era el flujo de caja del que se disponía, viendo cuál era la capacidad de endeudamiento, para ver si se podían seguir pagando los gastos fijos, a los que había que seguir haciendo frente pese a que no hubiese actividad. Han sido años difíciles en los que se ha demostrado la generosidad de la mayoría. La sociedad española en su conjunto reaccionó de forma muy positiva. Fue una enseñanza para todos.

P. ¿Las empresas familiares están hoy más fuertes que antes de la pandemia?

R. No se puede generalizar. Hay empresas que están peor, otras que están igual y otras que, excepcionalmente, incluso están mejor, porque se han adaptado a los nuevos nichos de mercado. Lo que sí es cierto es que todas las empresas de la asociación, y toco madera, han sobrevivido y han pasado el Rubicón de la pandemia. Seguir en el día a día durante y después de esta etapa de pandemia habla muy bien de todas ellas.

P. ¿Cuáles son los principales retos que tienen hoy por hoy las empresas familiares de Castilla-La Mancha y que, por tanto, va a tener que afrontar su sucesor?

R. Hay un tema que es consustancial a la empresa en general y a la empresa familiar en particular: su dimensión. Las empresas españolas, de media, tienen una plantilla que no llega a los 10 trabajadores. Y eso implica tener escasa capacidad de resistencia ante situaciones de apuro, como se demostró durante la pandemia. Las empresas que no pudieron sobrevivir fueron las más pequeñas. Tenemos que evitar el miedo a crecer y a ganar capacidad financiera. 

"El empresario no es el malo de la historia, sino el que genera empleo, riqueza y recaudación fiscal"

P. ¿La sociedad entiende y valora al empresario?

R. Tenemos que seguir trabajando para que la sociedad civil entienda que la generación de riqueza no es un mantra negativo, ni muchísimo menos, sino que es fundamental para crear empleo y pagar los impuestos con los que se mantiene el estado del bienestar. Muchas veces se presenta al empresario como el malo de la historia, cuando es el que genera empleo, riqueza y recaudación fiscal. Deberíamos generar más educación e inteligencia para fomentar la actividad empresarial. Es lógico pensar que este modelo es el único posible para generar una mayor oferta de empleo.

P. ¿Qué pensó entonces cuando escucha a dirigentes de Podemos, ministros del Gobierno de España, atacar públicamente a empresarios con nombres y apellidos?

R. Cuando hay gente que dice las tonterías que dice, queda claro que un bajo nivel intelectual debería ser causa de exclusión para acceder a un ministerio. Esos empresarios con nombres y apellidos a los que critican, además, son empresarios familiares. Muchas veces pensamos que una empresa familiar es el comercio de la esquina, pero el imperio de Mercadona tiene una base familiar, por ejemplo. Ojalá tuviéramos mil Juan Roig en cada generación. 

P. El clima político en Castilla-La Mancha es diferente...

R. Aquí hay un modelo de diálogo entre todos: patronal, sindicatos y administración. No se excluye a nadie y hay capacidad para sentarse en una mesa a negociar. Nadie se sienta pensando en que va a levantarse cuando le dicen que no va a conseguir todo lo que se plantea, estaría bueno. Ir con esa actitud es inviable para llegar a cualquier tipo de acuerdo.

P. Usted fue alcalde de Toledo entre 1979 y 1983. ¿Algún consejo para el nuevo regidor, el 'popular' Carlos Velázquez?

R. Uno tiene que llegar a la Alcaldía de Toledo con la lección aprendida y teniendo en la cabeza un modelo de ciudad. En la primera semana de mandato hay que reunir a los funcionarios, que son los que saben de esto y ejecutan las políticas. A partir de ahí, tomar de forma inmediata aquellas medidas que puedan resultar más impopulares. Es tan de cajón que ya se podía leer en 'El príncipe', de Maquiavelo, que es del siglo XVI.

"El tráfico sigue siendo un problema en el Casco Histórico de Toledo. ¡Pero si andar es muy sano!"

P. ¿Quedan medidas impopulares por tomar en Toledo?

R. La primera medida que tomé como alcalde fue prohibir que se aparcase en la plaza del Ayuntamiento, cuando los que aparcaban allí eran los propios empleados municipales. No le digo cómo me miraban al día siguiente. Pero es que cada vez que pasaba por allí y veía esa plaza preciosa llena de coches se me llevaban los demonios. Al final, pese al cabreo, no paso nada, no se hundió el mundo. Hoy por hoy el tráfico y la movilidad siguen siendo un problema en el Casco Histórico de Toledo. ¡Pero si andar es muy sano! Es más, estoy convencido de que mucha gente que va con el coche hasta su trabajo, por la tarde se gasta dinero para hacer ejercicio en un gimnasio.