La realidad es que las ventas mundiales de vehículos de Toyota han crecido apenas un 0,67 % durante el primer semestre del ejercicio fiscal nipón, en el que comercializó 4,418 millones de unidades bajo las marcas del grupo, que incluyen a sus filiales Daihatsu Motor e Hino Motor. El fabricante con sede en Aichi (centro de Japón) facturó con ello 113.578 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,4 % respecto al mismo período del año precedente.

La demanda de sus vehículos ha crecido en Norteamérica, su principal mercado con un total de 1,41 millones de unidades comercializadas entre abril y septiembre, mientras que disminuyó en Japón, el segundo mayor por volumen de ventas con un total de 1,03 millones.

Junto al avance de sus ventas, el factor que más contribuyó a la mejora de sus resultados fue la reducción de costes. La empresa nipona asegura que continúan haciendo progresos estables para incrementar su rentabilidad y alcanzar sus objetivos. Su beneficio antes de impuestos llegó a 11.917 millones de euros, un 23,7 % más que lo registrado en el mismo trimestre del ejercicio fiscal de 2017.

Eleva sus previsiones para el cierre del ejercicio

Asimismo, Toyota ha publicado sus previsiones de resultados para el ejercicio en curso, que concluirá a finales de marzo de 2019, y que incluyen una revisión al alza respecto a la estimación del pasado agosto.

El gigante automovilístico nipón estima que sus ganancias netas caerán un 7,8 % interanual hasta los 17.798 millones de euros. Su facturación por ventas avanzará en un 0,4 por ciento hasta los 228.312 millones de euros. Minutos después de la publicación de los resultados de Toyota, sus acciones se apreciaron hasta un 2,72 % en la Bolsa de Tokio.