Volvo echa un cable al gobierno con su electrificación
El quimérico anuncio del Gobierno de que en 2040 quiere prohibir la venta y matriculación de vehículos que emitan CO2 y en 2050 su circulación ha sido aprovechado por la marca sueca para acercar la ascua a su sardina. Su alto ejecutivo en EMEA avala las medidas del Gobierno "son planes visionarios y queremos ser parte de ese trayecto, porque tenemos la misma visión".
A su juicio, la estrategia del Gobierno es “esencial” para que asegurar que el futuro sea sostenible y para que los conductores compren vehículos electrificados. Casualmente todos los nuevos Volvo a partir de 2019 serán así, pero afirmaciones de este calado hay que controlarlas. Kerssemakers apunta que Noruega ha cambiado el peso de los vehículos diésel por los electrificados y que España podría ser otro ejemplo para el resto de los países europeos, pero parece olvidarse de la realidad de la red y apoyos reales que hay hoy para ese cambio.
Alega que la movilidad está cambiando y ya no hay la libertad de conducción que había hace 25 años porque, por ejemplo, hay más congestiones de tráfico en las ciudades y las carreteras. Lo que hay que hacer es garantizar la movilidad, para lo que las infraestructuras son “esenciales” y han de ser potenciadas por los gobiernos y por los proveedores de energía. Nosotros también defendemos eso.
Kerssemakers, que ha sido responsable de Volvo Cars en Estados Unidos, ha indicado también que la existencia allí de un gobierno federal facilita el que los fabricantes cumplan las normativas medioambientales y definan su estrategia de futuro. El desafío para Europa, ha considerado, es acabar con el exceso de regulaciones que tienen en materia de C02 y que dificulta a las marcas el cumplirlas.
Volvo estudia fabricar baterías en Europa
Además, Kerssemakers ha apuntado que Volvo Cars está estudiando fabricar baterías para vehículos eléctricos en Europa. Preguntado por el problema de la falta de producción de baterías en el Viejo Continente y el liderazgo en la materia de China, ha respondido que Volvo es una marca que ha apostado por la electrificación y necesita baterías para sus vehículos. Según ha explicado están “muy implicados” en este asunto y están analizando inversiones conjuntas en “potenciales fábricas” que ha eludido detallar.
Eso igual es más fácil cuando eres propiedad de un gigante automovilístico chino como Geely, que en 2010 compró Volvo a la estadounidense Ford. Sus objetivos son lograr vender 800.000 automóviles en 2020 en todo el mundo. Lex Kerssmakers, ha eludido adelantar cifras sobre ventas en 2018, ha dicho que lo que buscan es continuar con el crecimiento actual, que ha cifrado entre el 14 y 16 %.
Hasta octubre, las matriculaciones globales de Volvo ascendían a 562.062 unidades, el 14 % más que en los diez primeros meses de 2017, por lo que la marca sueca cerraría 2018 con un nuevo récord, el quinto consecutivo. Volvo descarta planes para salir a Bolsa y ha mostrado su respeto por Tesla porque ha demostrado ser un actor muy importante en el cambio que vive la industria del automóvil.