El gobierno quiere quitar la bonificación al diésel, otro palo en la rueda de un sector clave
El insostenible proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 de Pedro Sánchez sigue dejándonos “perlas” económicas en forma de zancadillas para que el ciudadano de a pie tenga cada vez un poco más difícil llegar a fin de mes. Continuando con su empeño de criminalizar a los conductores, ahora han anunciado la supresión de la bonificación del diésel respecto a la gasolina, lo que supondrá un incremento del precio del gasóleo de 3,8 céntimos por litro para los consumidores particulares.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se respaldaba en el mínimo impacto que puede tener esta medida, pero en ese caso nos preguntamos para qué vale. El gasóleo profesional no entra, ya que quedarán fuera los profesionales del transporte, incluidos los profesionales agrarios, y el PSOE alega que el incremento de la recaudación se destinará a subvencionar políticas de movilidad sostenible, parte renovando el parque automovilístico y parte impulsando que las empresas renueven sus flotas.
La idea es que el 30% de la recaudación que generará este incremento del precio del gasóleo, que se contabilizaría en 2020 si la medida llega a prosperar y el gobierno siguiera en el poder, se destinará a medidas de impulso a la movilidad sostenible, y también para ayudar a la industria a que sea capaz de adaptarse a los nuevos requerimientos y retos del siglo XXI.
La realidad, como ha apuntado la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove) es que la subida del Impuesto de Hidrocarburos recogida en los PGE es una "vuelta más de tuerca" contra ese tipo de vehículos y estrangulará el mercado de vehículo de ocasión. Desde la asociación piden al Gobierno que estudie un plan de transición para el vehículo de segunda mano con el fin de evitar que se paralice el mercado. La falta de unidades de gasolina, híbridos y eléctricos es una realidad palmaria.
El mercado de vehículos de ocasión sigue siendo mayoritariamente diésel y estos coches representaron un 65 % del total de las ventas el año pasado. Sin embargo, los "mensajes negativos contra el diésel que se están lanzando desde las distintas administraciones" están transformando la demanda y, aunque crecen, lo hacen por debajo de la media del mercado, que aumentó el pasado año un 6,6 %. Las compras de coches diésel aumentaron un 4,4 %, frente al 9,8 % en que se incrementaron las de los de gasolina.
Según Ancove, la decisión de subir el impuesto al diésel tiene una "transcendencia mortal" sobre el mercado del vehículo de ocasión, pues hasta el momento sólo se había visto afectado en las grandes ciudades por las restricciones de circulación, pero no en las urbes medianas y pequeñas ni en el entorno rural. La asociación espera que en el trámite parlamentario de los Presupuestos no salga adelante la subida del Impuesto de Hidrocarburos para el diésel.