El Corvette se prepara para una revolución
El Stingray 2020 será el primer modelo con motor central de producción en la historia de Corvette. Esta decisión no ha sido fácil, pero la configuración tradicional con motor frontal había alcanzado sus propios límites de desempeño, requiriendo un nuevo diseño. En palabras de Mark Reuss, presidente de General Motors, “en términos de confort y diversión, se sigue viendo y sintiendo como un Corvette, pero se maneja mejor que cualquier otro vehículo en la historia de la marca."
Chevrolet Corvette Stingray 2020 es la culminación de 60 años de experimentar con motores centrales. La octava generación de Corvette marca así un salto radical en términos de capacidad desde la séptima generación, y también incorpora lecciones aprendidas de ejercicios de ingeniería anteriores, tales como los Vehículos de Investigación de Ingeniería Chevrolet (CERV, por sus siglas en inglés) I-III, Aerovette y otros.
Zora Arkus-Duntov, considerado el padre del Corvette, consideró siempre la configuración del motor central ubicado delante del eje trasero como la opción óptima para la distribución de pesos, manejabilidad y visibilidad. A pesar de estos beneficios, su implementación en el esquema de producción masiva resultó problemática. Los Corvette anteriores con motor central fueron relegados a concept cars por problemas que incluían dificultades con la refrigeración del motor, espacio limitado para pasajeros y equipaje, ruido y la complejidad para producir una variante convertible.
Los avances en el desarrollo, apoyados por la ingeniería asistida por computadora y la realidad virtual, ayudaron al equipo actual de Corvette a trazar cuidadosamente la arquitectura del Stingray 2020. Los ingenieros han trabajado en estrecha colaboración con los diseñadores para garantizar que el diseño del vehículo cumpliera con todos los puntos de referencia de rendimiento necesarios, mientras preservaban el legado de Corvette. El interior ha sido igualmente actualizado y mejora mucho su calidad.
El motor central fue siempre parte del destino de Corvette, y el arduo trabajo ha rendido frutos con creces, que se perciben sobre todo en su desempeño. Goza de una mejor distribución de pesos, aprovechando el sesgo trasero para mejorar el rendimiento en línea recta y en pista. Por otro lado, ofrece una mejor respuesta y sensación de control, gracias a la posición del conductor, más cercana al eje frontal, además de un 0-100 Km/h en menos de tres segundos con el paquete Performance Z51.