¿Hay litio suficiente para abastecer la ola eléctrica que viene?
Es esta una de las grandes preguntas que se hace el sector de la automoción ante el imparable crecimiento de sus versiones electrificadas, y las marcas ya están haciendo movimientos estratégicos para garantizar la disponibilidad de la que sin duda va a ser una de las materias primas más preciadas del siglo en el sector. Ya lo llaman el “petróleo blanco”, y de momento el precio del Litio se ha triplicado en los últimos años con la tonelada cotizando por encima de los 20.000 dólares. Su demanda se multiplicará por 10 durante esta década debido a la electrificación del sector del automóvil.
Europa consume ahora mismo el 25% del suministro global, siendo China el país que más acopio hace de litio, ya que el 70% de los coches eléctricos en el mundo se venden allí. Las principales minas están en Sudamérica y los chinos han tomado fuertes posiciones accionariales en ellas, aunque han aparecido nuevos yacimientos en América del Norte y Europa que nos hacen ser algo más optimistas. Eso junto con el hecho de que el litio se usa en pequeñas cantidades, apenas un 5% de los componentes de una batería de automoción al uso.
Por aterrizar con un ejemplo como va a evolucionar la demanda, pensemos que la electrificación de flota (híbridos ligeros, híbridos enchufables y eléctricos puros) en la que está inmersa el Grupo BMW hará que en 2025 necesite siete veces más de litio para baterías del que precisa ahora, y es por ello que ha cerrado un contrato con la compañía china Ganfeng Lithium por valor de 540 millones de euros. El consorcio automovilístico alemán (que engloba las marcas BMW, Mini y Rolls-Royce) se ha asegurado con ello directamente el suministro de litio en un contexto en el que no para de crecer a nivel global la demanda de vehículos electrificados.
Además, el Grupo BMW ha reestructurado sus cadenas de suministro para poder abastecer a los dos fabricantes de la próxima quinta generación de celdas de batería, las compañías china CATL y la surcoreana Samsung SDI. De paso garantiza así una total transparencia sobre el origen de las materias primas, ya que el cobalto se obtendrá directamente de las minas en Australia y Marruecos en el futuro. El cobalto por cierto también ha duplicado su precio, y lo mismo ocurre con el níquel, las otras dos materias primas más presentes en las baterías.
El suministro es la clave
Los contratos garantizarán la seguridad del suministro de la empresa hasta 2025 y más allá. En 2019, las ventas de modelos electrificados en el Grupo BMW representaron el 8% del total (matriculó 2.520.307 vehículos, el 1,25 más que un año antes), una cifra que en los dos primeros meses de 2020 han ascendido al 10%.
A lo largo de 2020 el Grupo BMW tendrá en cartera 12 coches electrificados, de los cuales dos son eléctricos puros. Uno de ellos es el primer MINI 100% eléctrico (presentado en España a primeros de este mes) y a finales del ejercicio llegará el iX3. Para el año 2023 la previsión del consorcio germano es disponer de 25 modelos electrificados de los que la mitad serán 100 % eléctricos.
Además, la demanda de litio no se queda solo de la industria del automóvil. Todos los aparatos electrónicos como los portátiles, smartphones y tablets o las baterías de respaldo para sistemas basados en energías renovables incorporan una batería de litio. Este escenario explica la preocupación de los fabricantes de automóviles por asegurarse el suministro de los módulos eléctricos. A corto plazo, habrá un déficit de baterías de iones de litio por lo que es necesaria una fuerte inversión en nuevas instalaciones para que esta situación no ralentice el crecimiento del mercado de los vehículos eléctricos. Esta inversión debe realizarse durante este mismo año para que puedan iniciar su producción como mucho en dos años.