Liderazgo de Paco Núñez
El PP de Castilla-La Mancha es un partido eternamente vulnerable a los enredos y telarañas que se tejen al alimón entre los de dentro y los de fuera. Propios y rivales. Ha pasado siempre y sigue pasando, lamentablemente para ellos. Hay mucha buena gente en este partido, gente honesta y trabajadora que lucha desde la lealtad por sus principios y por los castellano-manchegos, pero también hay algunos oportunistas que, como ahora, aprovechan toda época de bajón o derrota para meter explosivos dentro y que las cosas salten por los aires, con el imaginable objetivo de intentarlo ellos si caen los demás. Incluso aunque tuvieran buena fe, parece la vía irresponsable que muchos caminaron antes y que en este momento de crisis y reflexión interna algunos vuelven a airear inoportunamente por si les caen según qué migajillas de las que puedan sacar sustancia.
La ejecutiva regional del pasado lunes resultó finalmente un gran momento de apoyo para el liderazgo de Paco Núñez y para su consolidación al frente del partido en Castilla-La Mancha, con muchas intervenciones de respaldo y continuidad, aunque hubo quien quiso utilizar los malos resultados de las elecciones autonómicas y municipales para poner a punto la cizaña y plantear un congreso extraordinario después del verano o cosa parecida. Lleva Paco Núñez sólo unos pocos meses en la Presidencia del PP castellano-manchego y algunos un poco liantes y acelerados, en línea con la peor parte de la historia regional del partido, ya quieren segarle el futuro y las oportunidades, como si eso fuera toda solución. En tan escaso tiempo Paco Núñez ha demostrado un liderazgo sólido al frente del PP regional, y sobre todo unas posibilidades de futuro que se merecen por lo menos un poco de cariño y de paciencia, pero algún sector interno, alentado vivamente desde fuera, se ha puesto nervioso y ya pide congresos y no sé qué otras tonterías. Parece razonable en estas circunstancias darse un poco a la calma: derecho al lío y al suicidio tienen, aunque no razón, y tampoco parece que su misión sea hacer tan ricamente felices a los socialistas.
Me salen unos cuantos, pero no quiero pensar en nombres ni grupitos en esta modesta pero ruidosa oleada contra Núñez, aunque es presumible la fortaleza y la serenidad de la mayoría del PP para saber mantenerse en su sitio y no ponerse a tiro de los enredas y chisgarabís que todo partido tiene y que salen en estas ocasiones de debajo de las piedras. Creo que la ejecutiva del lunes, por lo que sé, apuntó en la buena dirección y demostró que está con Paco Núñez y que la lealtad y el apoyo de la inmensa mayoría es incuestionable, sobre todo porque esta nueva era acaba de empezar. Los enredosos de estos días, además de filtraciones y líos con los medios para contar versiones tergiversadas, tal vez tendrían que darle tranquilidad a sus ansiedades y no mostrar tanta vulnerabilidad ante los cantos de sirenas que llegan desde según qué partes. Las palabras necesarias de estos días son prudencia y lealtad, y ello porque la apuesta por un Paco Núñez recién llegado parece en estos momentos imprescindible: la historia regional del PP ha demostrado que la división interna y los enredos permanentes son los peores de sus enemigos, un paso atrás en el que tantas veces vivieron y que ahora no les conviene volver a dar. Ellos sabrán.